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Los últimos 18 meses han demostrado que el trabajo a distancia no conlleva una pérdida de productividad, pues el 85% de la población trabajadora de España asegura que, con el trabajo híbrido ya instalado, su productividad se mantuvo igual o mejoró. Sin embargo, solo el 48% de los empleados de España, al igual que la media mundial, cree que su empresa permitirá un cierto grado de teletrabajo a largo plazo.
Los cambios en el entorno laboral que ha traído la pandemia han sido numerosos, y se resumen en una palabra que se repite en las oficinas por todo el globo: flexibilidad. La flexibilidad laboral aumenta la productividad en un 20%. Los conocidos como nómadas digitales gozan de mayor autonomía y una mejor conciliación de la vida profesional y personal. El Gobierno ha presentado dos nuevas leyes para dar un marco jurídico a estas realidades laborales.
En los últimos años, las empresas planifican los días libres de sus empleados con una mayor flexibilidad. Los períodos vacacionales de los empleados se distribuyen entre junio, julio, agosto e incluso el mes de septiembre, lo que supone un signo más del avance hacia la empresa líquida.
Uno de los aprendizajes de la pandemia y los confinamientos es que muchos de los sistemas de adaptación impuestos, así como la experiencia del teletrabajo, han demostrado que los objetivos de flexibilidad están más cerca de lo que pensamos y han resaltado la importancia de su implantación. En efecto, la Covid-19 ha demostrado que las funciones y sectores que antes se consideraban inadecuados para el trabajo flexible se pueden adaptar.
La enfermedad inflamatoria intestinal engloba a la enfermedad de Crohn y a la colitis ulcerosa, dos patologías inmunomediadas que afectan principalmente al aparato digestivo. Ninguna de las dos tienen cura, por lo que, incluso con tratamientos actuales, aún existen síntomas que siguen alterando en fechas concretas los diversos ámbitos de la vida a las más de 300.000 diagnosticas personas en España.
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