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España está llena de “caminos entrecruzados”, que, antiguamente, se atravesaban recibiendo el saludo de “amigo”, de “paisano”, de “compañero”, de “bienvenido”… Las lenguas no dividían… las normas no distanciaban… las distancias no alejaban… los intereses eran comunes… la inmigración se convertía en convivencia…
Siempre me han interrogado aquellos universos que se muestran en orden alfabético o en artística virtuales. Reconozco que el desorden me inquieta; y, como tal, me insta a imaginarme otras estéticas más naturales, ahora que lo artificio toma nombre de intelecto, pero que son incapaces de humanizarnos.
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