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La actual sociedad estaría caracterizada por el imperio del hedonismo y el nihilismo frente al espíritu crítico y la cultura del esfuerzo del siglo XX al estar formada por individuos consumo- dependientes de bienes materiales que conforman una masa homogénea, acrítica y fácil de manipular por las clases dirigentes.
Ciertamente, las escuelas helenísticas surgen a partir del siglo III antes de Cristo y plantean unas formas de vida que buscan la felicidad. A mi juicio, las más representativas, desde la perspectiva actual, son la epicúrea y la estoica. Con Epicuro se plantea la necesidad o la conveniencia de los placeres y la serenidad, como base de una existencia más satisfactoria. También es esencial el equilibrio y la moderación en muchos aspectos del vivir.
Es evidente que filosofía y vida están intrínsecamente interconectadas o unidas. Ya que la capacidad de pensar no se ejercita en el vacío sino sobre y en la realidad. Como bien dice Onfray «La biografía de un filósofo no se limita al comentario de sus obras; abarca la naturaleza de la relación entre sus escritos y su comportamiento. Sólo el conjunto puede llamarse una obra».
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