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Puede que algunos piensen, como he leído por ahí, que el último libro de Luis Landero, 'La última función', es un himno a los finales felices. Quizá así se interprete por el cruce de caminos entre dos de sus protagonistas: Paula y Tito. La primera, Paula, una actriz malograda que termina en la estación de un lugar desconocido. El segundo, Tito, un emprendedor del mundo teatral consumido por el desencanto y la decepción; por cumplir los deseos de su padre antes de morir.
El propio autor define a esta novela como “un caso raro”, y hay que darle la razón porque es su obra más rara, compleja y densa en su intensidad y en su propia génesis, por ser producto de un fogonazo interior, de un golpe de intuición que le llevó a imaginarla ya escrita y con el título que lleva, antes de comenzar la propia escritura.
Luis Landero, 1948, alcanzó un merecido reconocimiento literario con la novela Juegos de la edad madura, en 1989, al ser considerada su mejor obra.Consiguiendo el Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa 1990.
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