Somos muy propensos a pronunciarnos con afirmaciones rotundas a la vez que poco reflexivas. Me atrevo a decir que cuanto más culta es esa persona, el eco de su lacónica expresión será mayor. Si su posición en la sociedad es elevada, sus repercusiones aumentan. Aunque detrás de esas manifestaciones ampulosas suele colear la cuestión de su verdadera consistencia, queda una cierta sospecha. Ante los acuciantes problemas, nos conviene desvelar las VELEIDADES camufladas, introducidas arbitrariamente por tanto aspirante a oráculo como nos rodean. Algo por dentro nos enciende las alarmas, los muchos falseamientos interesados superan las ignorancias.