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La vida está hecha de sencillos momentos, instantes serenos que llenan mis cuentos, campos de batalla, sucesos ciertos naciendo y viviendo. Son recuerdos y eso es lo que somos, tormento, malestar, gloria, risa, diversión, lágrimas y la ley del silencio que permite revivir y sentir de nuevo.
La necesidad de recurrir a la inmediatez para todo, acompañada de la posibilidad de transportar constantemente las nuevas cámaras fotográficas incorporadas a los teléfonos móviles, nos lleva a la pérdida de la posibilidad de recrearnos en los tiempos pasados con el repaso de los viejos álbumes fotográficos. Ya casi nadie plasma en papel sus recuerdos.
Hoy la pluma, el papel y yo dormiremos en camas separadas, sé que estoy perdiendo el tiempo, como se llega a perder el alba y los recuerdos desagradables, aunque tarden en marcharse. El tiempo, ese bien apreciado e irrepetible.
La vida está hecha de sencillos momentos, instantes serenos que llenan mis cuentos, campos de batalla, sucesos ciertos naciendo y viviendo. Son recuerdos y eso es lo que somos, tormento, malestar, gloria, risa, diversión, lágrimas y la ley del silencio que permite revivir y sentir de nuevo.
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