Hoy la pluma, el papel y yo dormiremos en camas separadas, sé que estoy perdiendo el tiempo, como se llega a perder el alba y los recuerdos desagradables, aunque tarden en marcharse. El tiempo, ese bien apreciado e irrepetible.
Hay momentos en mi vida que pasaron como un tren de alta velocidad, como el ave Madrid- Valencia, apenas recuerdo detalles de la facultad, el colegio o las clases de gimnasio... sin embargo hay momentos que viví que no puedo deshacerme de ellos, algunos me llenan de alegría y otros de rabia, impotencia y tristeza. ¿Por qué recuerdo a mi madrina cuando hace treinta años que no la veo? ¿Porqué no recuerdo lo que me pasó la última semana de trabajo?, será que tengo memoria a largo plazo, o cuestiones de cariño que tienes con un familiar y no con un compañero de labores. Sea como sea, estas sólo son reflexiones sinceras.
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