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El exceso de decibelios al que estamos expuestos durante la mayor parte de nuestro día a día puede provocar problemas de audición no sólo en los adultos, sino también en los niños. El oído de los niños presenta una mayor vulnerabilidad. Aunque el desarrollo del sistema auditivo del niño en el nacimiento es relativamente completo, tiene una competencia muy limitada. Durante los primeros años, el niño es más sensible a los tonos agudos que a los graves.
La terapia génica ha logrado devolver la audición a cinco niños con un defecto en el gen de la Otoferlina (OTOF) reclutados para dos ensayos clínicos en China y Estados Unidos. Desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) se celebra este avance científico.
Los oídos son de las zonas del cuerpo a las que menos atención se presta, aunque vivamos en un contexto en el que su degeneración avanza a pasos agigantados. Hablamos de problemas como los zumbidos, pitidos regulares e incluso la pérdida de un porcentaje considerable de la capacidad de escucha que tenemos.
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