¡Inimaginable!Y nos preguntamos si, estas son las que quieren tomar el relevo de los hombres; las que se encuentran menospreciadas y las que todavía, pese a que siguen consiguiendo ir alcanzando todas las cotas del poder, siguen creyendo que no algunas, no unos miles ni unos millones de ellas ya están ocupando puestos de responsabilidad en todo el mundo, porque, al parecer pretenden que sean, todas ellas, las que se merezcan estar por encima de los hombres, y esto teniendo en cuenta que algunas de ellas, como la señora Anna Lladó, miembro de la citada comisión de la Escuela Taber, entienden que los cuentos infantiles a los que nos hemos referido: “reproducen roles que los niños pueden naturalizar “o, como añadió a continuación, “contiene estereotipos que pueden acabar creando violencia machista”, demostrando con ello lo lejos que algunas féminas pueden llegar en sus elucubraciones irracionales, buscando en lo más inocente, lo más ejemplar, los motivos más aleccionadores de lo que deben ser los comportamientos humanos ante el mal, como son los que contienen estas historias que se quieren eliminar de las bibliotecas infantiles, enseñan a sus lectores infantiles; una insana obsesión que la lleva a buscar mal donde no lo hay y censura en aquello que solo merece ser divulgado, tal y como ha ocurrido, sin ninguna sombra de duda ni la menor prevención por todos los pedagogos que los han considerado como narraciones inocuas y ejemplares.Mucho nos tememos que están empezando a existir motivos de grave preocupación respecto al comportamiento de algunas ramas del feminismo, que parece que van perdiendo el sentido de la mesura, del sentido común y de la ética del comportamiento que las induce a propasarse, crear faltos tabúes e inventarse moralinas de tipo feminista y, lo que aún es peor, ver el mal en cualquier proceder en el que puedan creer que el varón intenta interferir en sus derechos como mujer.