| ||||||||||||||||||||||
La buena suerte es, según su autora, «un rompecabezas, un juego de enigmas que el lector tiene que ir resolviendo». La novela comienza dentro del vagón de un tren y, en él, se dirige nuestra atención hacia uno de los pasajeros, el único que no ha levantado la vista de su portátil durante todo el trayecto.
|