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Detestas tu vida normal, problemas de verdad no tienes. 2.400 millones de personas no tuvieron acceso constante a alimentos el año pasado, según la ONU. Otros más de 100 millones han sido desplazados por la fuerza a causa de conflictos, violaciones a los derechos humanos, etc. No pretendo aparentar ser el humanitario que apenas reside en mi interior, ni hacerle competencia a la palabra de Dios.
El libro de Shoshana Zuboff titulado La era del capitalismo de la vigilancia, es un extenso ensayo, que trata numerosos aspectos de la realidad de del capitalismo neoliberal salvaje, característico de la era digital en la que estamos viviendo. Sirve también para comentar diversos aspectos de la situación que los ciudadanos están afrontando en estos últimos años, por causa del control digital de la existencia y de las acciones y conductas humanas.
La actual sociedad estaría caracterizada por el imperio del hedonismo y el nihilismo frente al espíritu crítico y la cultura del esfuerzo del siglo XX al estar formada por individuos consumo- dependientes de bienes materiales que conforman una masa homogénea, acrítica y fácil de manipular por las clases dirigentes.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre una forma de vida, muy denostada boca para fuera, pero la elegida y predilecta al momento de la práctica cotidiana, personal y comunitaria, a saber, el individualismo. Y lo vamos a analizar como lo que es: un capricho que se volvió una preferencia vital de pensar que se puede obrar independientemente de la sociedad que nos cobija, bajo la ficción de creernos no sujetos a reglas y normas comunitarias.
Es impresionante a lo que puede llegar el ser humano. Nacimos para ser felices; para amar, cuidar, relacionarnos, vivir… y a esto hemos llegado: a tener envidia de la felicidad ajena. Esta es la sociedad de hoy en día, desde los más jóvenes hasta los más mayores. La educación se ha perdido y creernos más que los demás se ha acrecentado. El egoísmo nos carcome, nos convierte en seres superiores.
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