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Un caudal de esperanza y de alegría, tocó mi corazón la tarde aquella; no lo podría explicar, pero era ella, la que con su figura me atraía.
Es el más puro y noble sentimiento, que puede cobijar el alma humana, pues convierte en sublime filigrana lo que iba a terminar en desaliento.
A fe que Dios te dio la inteligencia, y contra Élla utilizas a menudo; un intento tan vano, tan tozudo que te lleva a caer en la indigencia.
La llama de Su amor, hoy se pasea en Córdoba, por plazas y callejas; quiere Jesús, mostrar a sus ovejas, su divino Ser ante la asamblea.
La fruta que los siglos han mimado, en tierras de Montilla y de Moriles, se patea desde los años miles bajo los pies de quienes la han cuidado.
A veces se me llena la sesera, de dudas que me nublan la razón; me imagino turbado el corazón, y me cuesta llegar a la otra acera.
Es sabido desde la Eternidad, que el buen Dios, en Jesús sería encarnado, para quedarse siempre a nuestro lado proyectando su Luz y su Verdad.
Frágil papel de corto recorrido, condicionado por medias verdades, escuchadas en pueblos y ciudades por alguien que hasta el cielo ha prometido.
Me dejo mis pestañas escribiendo, porque me agrada mucho transmitir; aunque ignoro cuánto podré seguir con este trajinar sin dividendo.
Por líquido elemento se te cita, por ser fuente de vida se te adora, por aplacar la sed desde la aurora, a dar gracias al Cielo, nos invita.
Tu morada gloriosa se estremece, al detectar algunos movimientos, que en la Tierra avivan sentimientos con los cuales tu historia reverdece.
Me diste mucho más que merecía, y yo, como un mezquino, te pagué; aunque sabes que nunca te negué y siempre procuré tu cercanía.
Ante el Cristo de la Universidad he sentido un gran escalofrío; se aprecia bien, con el salvaje brío que lo azotaron hasta la saciedad.
Gracias corazón, por tus vibraciones, por tus latidos, llenos de bravura, tus venas cavas, ríos de sangre pura y tus vitales ventriculaciones.
Siempre asistida por la voluntad, camina complacidala templanza, aunque deba romper alguna lanza para hacer su proyecto realidad.
Falsedad, disimulo, fingimiento, cara opuesta a la sinceridad, vicio instalado en la sociedad que lo sostiene sin remordimiento.
Es la actitud más noble y bondadosa, que se brinda a un necesitado, por alguien que se siente preocupado al comprobar su situación penosa.
Confianza en que algo noble y puro, meditado con calma y sin temores, aumente el vigor de unos valores hasta hacerlos como el roqueño muro.
Glorioso y Benemérito Instituto, morada de personas generosas, que consagran sus vidas portentosas amando a España minuto a minuto.
Érase un hombre a su ego atado, érase un malandrín sin sentimientos, érase un fabricante de harapientos, érase un traidor desequilibrado.
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