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Solemos pasar algunos días al año en eso que se dio en llamar la “España profunda”. Con esta terminología etiquetadora hay que observar exquisito cuidado, no sea que estés adosando calificativos a diestro y siniestro con tanta alegría como injusticia. De todo hay en la viña del Señor, y uno se alegra bastante más de que ciertos avances se perciban más en unas partes que en otras.
Izquierda: "Decretazo vegano", decís. ¿De verdad que es eso todo lo que se os ocurre? Si la victoria de esta lucha contra el mantenimiento o la abolición de vuestras salvajadas dependiese únicamente de la ciencia y la decencia, hace mucho que os oxidaríais en la derrota como vuestras lanzas, porque cualquiera de los toros que destrozáis os supera en inteligencia y un ratoncillo tiene más empatía que vosotros.
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