Procrastinar es fácil, no te esfuerces demasiado por hacer lo que más te cuesta y lo habrás conseguido. Otra cosa es si tienes éxito o no, o si estás teniendo todo el éxito que es posible en tu caso y en tu empresa. Hoy te quiero sensibilizar sobre un tema que preocupa especialmente a muchas empresas.
Crecer. El crecimiento no tiene nada de complicado. En el momento en el que se encuentra nuestra economía no es difícil crecer para la mayoría de sectores. La semana pasada di una conferencia en la 25ª Semana del Seguro. Había empresas que habían crecido un 10%. Parece mucho, pero cuando el sector ha crecido un 8% tampoco es nada del otro mundo.
A muchas personas les invade un sentimiento de excesiva confianza con los resultados, creen que por el simple hecho de estar creciendo ya lo tienen todo ganado, y por lo tanto se acomodan. El problema no es ese:
El problema es que tu competencia está pensando en como arrasar.
El problema es que crecer despacio hará que seas mediocre en el largo plazo, no excelente.
Los mejores proyectos son exponenciales.
En un mes cumpliré 40 años. A los 50 lo quiero todo multiplicado por 10. Si pidiera un 10% de crecimiento anual me quedaría muy lejos de mi objetivo. No tenemos que estar en una guerra en la que el principal objetivo es un crecimiento lento. Eso significa que no estamos haciendo nada de forma genial.
Me doy cuenta de que el crecimiento se procrastina de forma bastante común. Para una persona cuyos objetivos tienen que ver con la gestión de cuentas o proyectos, así como la captación de negocio, lo más común es que se olvide de lo segundo. Por el simple hecho de que la gestión de proyectos ya está sobre la mesa y la captación es algo que hay que hacer de forma proactiva. Esto les suele ocurrir a muchos profesionales que trabajan en el sector del seguro, la banca o los servicios.
A las pymes les ocurre muchísimo. En mi caso también es así. Yo y mi equipo podemos dedicarnos al 100% a la gestión de proyectos actuales, y entonces no estaría escribiendo este artículo, ni estaríamos grabando nuevos programas online, ni haciendo campañas, ni haciendo llamadas a potenciales clientes. Sabotearíamos el crecimiento porque “estamos muy ocupados” ¿te ocurre?
Esto nos puede pasar y nos pasa a casi todos. Dejamos para otro momento los temas más incómodos de nuestra agenda, los que más nos sacan de nuestra zona de confort. Y además lo hacemos con la excusa perfecta “estamos muy ocupados”. Se llama procrastinar.
La cuestión es que nadie llega a ser excelente si procrastina:
Si procrastinas con tu salud, acabarás por tener comer de forma poco saludable y nutritiva la mayoría de los días.
Si procrastinas con el ahorro, nunca podrás tener un colchón de seguridad, o una vida financieramente saludable cuando te jubiles.
Si procrastinas con tu pareja siempre estarás diciendo aquello de “necesitamos más tiempo para nosotros”… y tu relación cada vez más estará en peligro.
Vivir como quieres no es fácil, tener éxito tampoco. No está escrito en ningún lugar que lo mejor sea hacer lo más cómodo. Si quieres algo especial, único y extraordinario en la vida tienes que ponerte con ello, ahora.
En estos años he aprendido que hay cosas que me incomodan más que otras. Las cosas más incómodas por definición se dejan para luego.
De procrastinadores a triunfadores
De mi propia experiencia, de estudios en esta materia y del ejemplo de mis mejores clientes tengo algunas conclusiones que ofrecerte para pasar de procrastinar a triunfar.
1. Es normal
“En la aceptación empieza el cambio” dice una conocida frase. No es que nosotros seamos raritos o los holgazanes del grupo, es que nos ocurre a todos. Se llama la ley del mínimo gasto de energía, y en parte es lo que hace que el universo funcione. Si se puede hacer con el mínimo uso de energía, mejor. El problema es que esta ley está pensada para el corto plazo, no para el largo plazo. Supongo que cuando el hombre / mujer aparecieron en la tierra, lo más importante era sobrevivir, no pensar de forma estratégica en el largo plazo. Por lo tanto, no está en tu ADN lo de tener éxito en el largo plazo.
Soy un procrastinador, lo reconozco. Tú también. Así que lo primero que hay que hacer es pensar que no tenemos nada de especiales y que me tengo que salvar yo mismo de esta peligrosa costumbre.
2. Hay que afrontarlo
Tenemos que estar atentos a lo que hacemos, cuando lo hacemos y porqué lo hacemos. Tenemos que priorizar, sentarnos a detectar aquellas tareas que procrastinamos.
Cuando te enfrentas a tu propia incomodidad es cuando empieza la fiesta. Cada uno de mis pequeños éxitos se cocinó en un ambiente de incomodidad superlativa.
Me recuerdo sentado en una silla con la mente en blanco y la página también cada vez que me he puesto a escribir un libro. Pero cuando me enfrentaba a esa incomodidad y seguía haciendo o intentando hacer lo que pretendía, entonces empezaba la magia.
Recuerdo que los momentos de más crecimiento de nuestra actividad han sido siempre después de enfrentarnos a nuestra propia zona de confort.
El problema es que todos nos acomodamos. Los grandes también se acomodan. Si piensas en un deportista de élite como Rafa Nadal y analizas un poco su historia o lees su libro (Rafa, Mi historia), verás como esa tendencia de acomodarse también le ocurre a él “Un día excepcional sin entrenar por una causa mayor, vale. Dos no”.
Acomodarse es humano. No estamos diseñados para el largo plazo, estamos diseñados para sobrevivir hoy.
3. Hay que tener método
La mejor solución viene del hackeo de tu propio “sistema de acomodamiento”, y para ello nada mejor que tener un método. Un método te hará ser fiel a unas normas y principios.
Para tener más fuerza de voluntad,lo que más funciona es el método. Con método me refiero a un código superior a tu fuerza de voluntad, a si te apetece o no.
Por ejemplo, este año uno de cada dos días hago deporte. Estamos a día 19 de Febrero y he salido a correr 10 veces este mes (¡voy bien!). Mi método dice eso, no lo digo yo. Por este motivo este año estoy saliendo sobre las 6:30 a.m, llueva, truene o haga frío. No lo puedo decidir en el momento de despertarme o calzarme las zapatillas. Está definido en el método, algo que he definido yo mismo.
Ayer volvimos de Madrid después de 3 días de vacaciones. Salí a correr las tres mañanas muy temprano (6:45 aprox) La Gran Vía un Sábado o Domingo a esa hora es un afterhour con personas muy perjudicadas por el alcohol. Hacía frío, era de noche y lo que más me apetecía era dormir. Pero el método manda, para eso lo he creado.
Con el ahorro nos pasa igual. Si eres de los que ahorra cuando tiene dinero estás perdido. No lo harás. Sin embargo, si cada mes tomas un 10% de tus ingresos y mediante una transferencia automática llegan a tu cuenta de ahorro, entonces ahorrarás sin esfuerzo.
Con los temas o tareas incómodas, si tenemos que decidir si hacer algo o no en el momento de hacerlo, entonces no lo haremos.
Por eso en las mejores empresas existe un método comercial, de crecimiento, de expansión. Si Inditex se hubiera dejado llevar por el crecimiento orgánico, fruto de su éxito con la moda, no tendría 7.500 tiendas, tendría menos de 1.000. Pero en su plan de expansión ponía: “400 tiendas cada año”.
En nuestro método tiene que estar escrita la clave del éxito:
Llamar a 40 potenciales clientes cada semana.
Conseguir con 10 nuevos clientes cada mes.
Conseguir cinco referencias cada semana.
Ahorrar un 10% cada mes.
Hacer deporte 3 días por semana.
Cenar saludable 5 días por semana.
…
El método nos tiene que indicar dónde está el Norte. De lo contrario nos perderemos, y nos quedaremos en resultados mediocres = en la media
4. Hay que fortalecer el músculo
Lo positivo de todo esto es que cuanto más sales de tu zona de confort, más capaz te sientes. Si te acostumbras a hacerlo a través del método entonces llegará un momento en el que no te costará esfuerzo, habrás creado un hábito ¡Enhorabuena!
El crecimiento es lo único que no entiende de excusas, de peros. Si no creces más es porque no quieres. Puedes conformarte con ser bueno o puedes aspirar a la excelencia. El camino que elijas se hará realidad.
¿Qué es lo que dejas para luego?
¿Qué hábitos quieres crear?
¿Qué reglas / método / principios puedes tener para lograr el crecimiento que deseas
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