Entre las acepciones de la palabra ‘gala’, hay dos en el diccionario que pueden coincidir con la posible pretensión de hoy de La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). La que define ‘gracia garbo y bizarría para hacer algo’. Y la que refiere ‘lo más esmerado, exquisito y selecto de una cosa’. En la CEOE no se sabe, pero también hay algo que es fruto del azar: GA-LA, acrónimo hecho con las primeras sílabas de dos apellidos importantes en la CEOE, Garamendi y Lázaro.
El 7 de octubre, Nueva Economía Fórum tenía como orador al madrileño Juan Pablo Lázaro que iba a ser presentado en El Gran Casino de Madrid, por el vasco Antonio Garamendi. Por sí mismos, los dos son noticia: Lázaro preside la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM); y Garamendi preside la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME). Pero, además, los dos tienen un interés añadido por su posición en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la organización que representa a empresarios españoles e integra a empresas públicas y privadas de todos los sectores de actividad.
Próxima la renovación de la cúpula de la CEOE, la presencia en el acto del actual presidente, Juan Rosell, en retirada, daba sensación de tranquilidad. Importaba la presentación de Garamendi, el hombre de Neguri que puede propiciar la continuidad que esperan los empresarios, parte de la clase política y hasta un Político vasco, significadísimo, que unas horas antes mostraba esperanza en que lo sepan apreciar, porque tiene las ideas claras. Pero también importaban dos hechos: La elección de Lázaro como orador, el Presidente de CEIM que puede servir de baluarte, apoyo, ayuda y contrapeso de Garamendi, por su condición de madrileño y su vinculación con el mundo de la empresa catalán. Y la armonía del tándem Garamendi-Lázaro, GA-LA.
La ocasión, con Rosell presente, no era propicia para que Lázaro propusiera un programa para la CEOE, como esperaba parte de la audiencia. Pero el momento requería algo consistente, mucho más que la muestra, para algunos exhibición, del dúo GA-LA. Había que dar contenido al acto y mostrar ideas para una Organización que debe superar hábitos de pasado y encarar el futuro. Al saludar a una periodista de CEIM, para saber de qué iba a hablar Lázaro, pedimos copia del discurso.
“No hay. Juan Pablo habla como le sale”.
Lo que le salió no fue una propuesta de programa para la CEOE, sino un análisis de lo que definió como Periodo de cambio. Con 4 vectores: - Crisis financiera en la que se han perdido 10 años sin que nadie haya pagado por ello. Crisis de engaño con consecuencias políticas que producen escenarios impensables. - Nueva situación económica, con evolución de paises emergentes, donde medio mundo se muere de hambre y medio mundo de exceso de colesterol. - Globalización, con revolución de los transportes y la comunicación. - Revolución Tecnológica. Total y gigantesca: Internet de las cosas. Big Data. La nube. Inteligencia artificial. Sociedad de la información en lugar de sociedad del conocimiento. Google nos conoce mejor que nuestra pareja. Dependencia del wifi.
A partir de ahí, el análisis sirvió como motivo para, respetando a Rosell y la actividad de la CEOE que representa, convertirse en una especie de cañón dialéctico que va soltando necesidades y remedios: Periodo de desaceleración controlada. Entorno de la economía española. Reforma Laboral y del Sistema Financiero. Madrid creciendo más que la media española. Nadie quiere salarios bajos, deben subir; y también la productividad. Calendario Laboral. Lucha contra el paro. Flexibilidad y conciliación pero que no lo paguen sólo los empresarios. Mejorar legislación. Subir impuestos es absurdo porque no se recauda más. El déficit lo pagarán los ciudadanos. Innovación como cambio estructural. I+D+i. Investigar lo que interese. Unidad de mercado. Espíritu emprendedor. Tasa turística. Acabar con la venta ambulante ilegal. Madrid-Centro. Smart city. No creer que las empresas lo pagan todo, porque los que pagan son los ciudadanos. Valorar a la mujer. Disminuir la brecha salarial. Procurar que las mujeres ocupen puestos de mando. Y la frase final ‘Las organizaciones deben ser útiles, transparentes y eficaces’
Con ello acabó el discurso, pero se esperaba más. En el turno de preguntas, parte de la prensa se interesó por temas puntuales; y Lázaro entró en ellos. Con saber jesuítico, trabajo franciscano y paciencia benedictina fue contestando sobre: Tribunal Supremo e hipotecas. PGE. Elecciones. Conexión empresarial con la política. Reforma pendiente de la Administración...
Pero quedaba algo pendiente, en conexión con el motivo del acto: La Presidencia de la CEOE tras Rosell que está en el ambiente. La pregunta la hizo el primer periodista que trabajó en la Organización empresarial, José Luis Rodríguez, hoy presidente de Nueva Economía Fórum, que moderaba :
¿Si se confirma su designación para presidir la CEOE, qué hará?
La respuesta fue antológica. Primero una excusa amable: ‘Invítame a un desayuno y lo cuento’. Después, una declaración de intenciones: Hablar de lo que hemos hecho. Procurar la unidad empresarial. Cuando se llega, hay que respetar el pasado y su historia. Y tratar de mejorar con más participación. Transparencia de abajo a arriba. E independencia desde la moderación. Sentido de Estado. Si la CEOE lo decide, seguiré trabajando.
Queda por saber algo más. El futuro y presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, apenas entrevistos en la Tribuna Nueva Economía Fórum: ¿Gracia, garbo y bizarría para hacer algo? ¿Lo más esmerado, exquisito y selecto de una cosa? De momento, GA-LA en la CEOE.
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