La prensa histórica nos recuerda cómo se desarrolló y cómo se vivió la transmisión de la soberanía de Cuba a través de la bandera de España.
«Hoy será arriada la bandera española en la Habana: ¡de este modo triste comienza para España 1899!» Y de esta manera se anunciaba el 1 de enero de 1899 en el diario de Valencia, Las Provincias, lo pactado en el Tratado de París: «España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba».
Sin embargo, el acto del arriado como símbolo de la transmisión de la soberanía española a la estadunidense no se produjo, tal y como nos relata el diario político de Salamanca, El Adelantado, el 9 de enero de 1899: «A fin de evitar el efecto desagradable que pudiera causar el acto de arriar la bandera española en el palacio del gobierno general, las autoridades de la plaza ordenaron que no fuera izada ese día, sin que los americanos protestasen de la omisión. (…) Habíase acordado por las autoridades americanas efectuar la ceremonia con la menor solemnidad posible, a fin de no herir los sentimientos de los españoles, y en virtud de dicho acuerdo, se ordenó a los oficiales americanos que asistieran de paisano y sin condecoraciones. Tanto los españoles como los americanos presenciaron la escena con dignidad, conteniendo á duras penas las distintas emociones que los embargaban. La ceremonia de trasferir la soberanía duró escasamente tres minutos. Tanto la fórmula de entrega pronunciada por el general Castellanos, como la contestación del general Brocke, fueron muy breves».
Más datos sobre esta ceremonia los aporta el diario independiente, El Lábaro, con fecha de 2 de enero: «Al Mediodía de ayer fue entregado a los Estados Unidos el territorio de la Isla de Cuba. Tributaron salvas de 21 cañonazos á nuestra bandera, siendo saludada igualmente al ser retirada del castillo del Morro. El acto revistió respetuosa solemnidad, observándose altas deferencias y cortesías por parte de los generales del ejército yanqui».
Protocolo en el izado y arriado de la bandera El Real Decreto 2945/1983, de 9 de noviembre, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas del Ejército de Tierra, nos indica el protocolo a seguir en el izado y arriado de la bandera.
Artículo 208: A las ocho de la mañana se izará la Bandera. Rendirá los honores correspondientes un piquete, que puede ser destacado de la Guardia de Prevención o nombrado expresamente para ello, al mando de un oficial o suboficial. Este acto se efectuará en el siguiente orden: un Cabo llevará la Bandera hasta el mástil, junto al cual esperará formado el resto del piquete. Una vez preparada, se presentarán armas, se iniciará el Himno Nacional y el Cabo, que estará descubierto, izará lentamente la Enseña; cuando llegue a tope, cesará el Himno, se descansarán armas y se retirará el piquete.
Artículo 209: Con semejantes formalidades se arriará la Bandera a la hora que determine la Autoridad territorial, teniendo en cuenta el momento del ocaso, depositándola el Cabo en el lugar previsto. A continuación se tocará Oración, acto con el que se recuerda y rinde homenaje a los que dieron su vida por la Patria. El piquete adoptará la posición de firmes y arma descansada.
Artículo 210: En aquellos Establecimientos en los que no sea posible seguir el ceremonial descrito en los dos artículos anteriores, se izará y arriará la Bandera con la mayor dignidad.
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