Al finalizar la primera jornada de Valmont Barcelona Bridal Fashion Week el pasado martes este salón, dedicado durante años a presentar las novedades de los diseñadores de vestidos de novia, ha dado un merecido homenaje al periodista Jesús María Montes-Fernández por sus veinticinco años en el mundo de la moda y muy especialmente por su entera dedicación a esta pasarela de que la cubre sus acontecimientos desde sus inicios a través de los medios en los que ha trabajado.
Actualmente es director del único programa de moda que hay en la televisión española, “Flash Moda”, emitido los fines de semana a través de TVE. Cuando Jesús María fue llamado por TVE para que dirigiera “Flash Moda” quiso tener una presentadora con encanto y elegancia, y puso sus ojos en la modelo, muy querida por los medios, Nieves Álvarez, no le fue fácil convencer a todo el mundo para que Nieves fuera la presentadora estrella del programa sin dejar de ser la exquisita modelo que todo el sector conoce. El tesón innato de Jesús María y su capacidad de saber cómo es su trabajo y cómo quería transmitir a través de la pequeña pantalla el complicado y complejo mundo de la moda, lo consiguió.
En este 23 de abril, fiesta de Sant Jordi, y en Barcelona, ciudad a la que Jesús María siempre ha estado muy ligado y en la que le gusta saborear sus calles, sus pequeños restaurantes, sus callejuelas del Gótico o lanzarse al mar cuando aún no ha llegado el verano, ha disfrutado de este homenaje acompañado de tantas y tantos diseñadores amigos.
Con Jesús María, tenemos una excelente amistad, de años, nos conocimos en Barcelona en el transcurso de una fiesta de moda, él trabajaba en el maravilloso programa, también en TVE, “Corazón, Corazón”, presentado por Cristina García Ramos, una encantadora persona con una voz melodiosa que le daba cadencia al programa, y Jesús María ya se ocupaba de desentrañar los vericuetos del mundo de la moda. Empleaba su saber y sus ganas de aprender más y más cada día. Yo trabajaba en TV3 y también me movía en el mundo de la moda, a los dos nos gustaba saber de esa industria, intercambiábamos opiniones, hablábamos mucho de nuestro trabajo y de cómo nos agradaba poder llevarlo adelante.
En el mundo del periodismo nada es lo que parece, estar 25 años desempeñando esta profesión es un milagro, y si como Jesús María consigues estar todos estos años desempeñando tu trabajo en la misma especialidad, es doble milagro.
Trabajar en el periodismo siempre es muy duro, mucho, por bonito que parezca, no en todas las fiestas a las que se acude se puede participar más allá de hacer tu trabajo, por esa razón, y no otra, estás en esa fiesta. Si estas en el front row de un desfile es para hacer tu trabajo, y cuando viajas, por trabajo, lo haces con el tiempo medido, sea Paris, Nueva York, las Maldivas o Chicago tu destino. El trabajo es el trabajo.
Todo esto no quita para que puedas tener amistades auténticas como la que aún conservamos Jesús María y yo (para mi, Jesús Mari).
Con Jesús hemos reído, mucho, él es una persona para la que el vaso de la vida siempre està medio lleno, su energía es incansable e inagotable, hemos bailado todo, hemos estado en Nueva York sin un dólar para poder comer y nos hemos partido un perrito caliente y una coca, cola free, como no teníamos para ir a Saks, ni para comprar en Chinatown, nos metimos en la tienda de la Quinta Avenida de “Tiffany’s”, queríamos emular a la protagonista de “Desayuno con diamantes”, ni pudimos desayunar delante de su escaparate, ¡no teníamos para cruasán!, si mucho arrojo para entrar y mirar. En nuestros bolsillos había un dólar. En “Tiffany’s”, son muy amables, al entrar pedimos por la sección de joyería de plata. Fuimos precavidos, y nos deleitamos con su arquitectura, y a medida que nos fuimos sintiendo a gusto llegamos a poder apreciar los brillantes de todos los colores que lucen en sus vitrinas, los más grandes, los más chicos, los diamantes de color rosa, las “riviere” engarzadas en brillantes negros, rosados, los grandes diamantes de color amarillo. Preciosos, claro, su precio muy por encima del dólar que anidaba en nuestros bolsillos. Nos atendió un dependiente de mediana edad, le gustaba vernos hablar de las piezas exclusivas que él vendía, le cogimos confianza y le pedimos qué podíamos comprar por un dólar, se sonrió, miró en muchas de sus vitrinas, se le veía un esfuerzo verdadero para complacernos, en realidad no tenía ninguna pieza por ese dinero, a fin de que no nos fuésemos con las manos vacías, nos envolvió un paquete, una cajita de la casa, como si en su interior tuviera un objeto de valor y así salimos de la tienda con un paquete azulado envuelto en lazo blanco, característico de “Tiffany’s”, salimos felices, divertidos, riéndonos, y ¡aún conservábamos en dólar en el bolsillo.
Pasamos tanto tiempo en esta emblemática tienda que se nos hizo la hora de volver al hotel de lujo en el que nos habían alojado para vestirnos de fiesta y empezar así nuestra jornada laboral, la cena, ahora sí, iba a ser exquisita, todo lo contrario de la comida.
En otro viaje a París tuvimos una noche libre y con otro grupo de colegas decidimos ir a tomar unas copas al barrio latino, entramos en “Le Trois Mailletz”, bajamos las escaleras del cabaré y nos quedamos en la cava en donde había cantado, entre otros muchos, Juliette Greco. El espacio era estrecho, al final del mismo una banda tocaba ritmos bailables y a ambos lados de pequeño pasillo estaban situadas las mesas en las que el publico o cenaba o tomaba alguna copa. La música entraba en nuestros cuerpos y decidimos, primero Jesús María, bailar, ¿dónde?, no había más sitio que encima de las mesas, el público, que estaba ansioso por mover el esqueleto, nos siguió, todo el mundo bailando en las mesas, el dueño estaba encantado y nos tocaba palmas de alegría, los músicos, se animaron a hacer más larga la sesión de esa noche. Memorable. Jesús Mari es así, crea energía y la contagia.
En una verbena, en el puerto de Barcelona, también estábamos bailando después de una cena buffet, la noche de verano nos empujaba a vivir la noche, Jesús Mari, subía y bajaba escaleras bailando, seguirlo para mí era imposible, su ánimo era contagioso: “Vamos, Terebere, a bailar, a bailar”, le perdí con tanto ritmo, con tantas subidas y bajadas, cuando le reencontré estaba con un pie en alto, hinchado y nos fuimos a urgencias, se había dado no sé muy bien donde pero no podía poner el pie en el suelo y menos seguir bailando. Nos atendieron en urgencias del Hospital del Mar, le dejaron el pie vendado, se lo había roto, tuvimos que buscar una silla de ruedas y avisar a sus amigas de Madrid para que le fuesen a buscar a la llegada del avión al día siguiente.
Ese es Jesús, se ocupa de todo el mundo, tiene buenos momentos para los desalientos, está cuando lloras, cuando ríes y cuando ni una cosa ni la otra.
En un año vivimos tres lunas llenas, una en Marrakech, otra en Bangkok y otra en Kuredu (Maldivas), puesto que en esos momentos yo ya no trabajaba haciendo moda sino viajes y él, cuando podía, me acompañaba, en todas partes hacia amigos, en Kuredu se inscribió a una cursillo de submarinismo, en una de esas sesiones se medio perdió en el fondo del mar, un chico español le salvó y con su grupo, a partir de ese momento, hacíamos piña y nos lo pasábamos bien en esa isla hermosa, diminuta.
También fue en Kuredu donde encontramos a Julio Alberto el futbolista que había defendido los colores del Fútbol Club Barcelona y que estaba en la capital de Maldivas, Malé, recuperándose de su adicción a las drogas. Para Jesús fue un encuentro especial, Julio Alberto había sido su ídolo en el mundo del fútbol, Jesús es del Barça, sigue los partidos esté donde esté sufre sus caídas y sus buenas épocas, ahora, está claro, lo está disfrutando.
Me acompañó a Roma al bautizo de las hijas de Sydne Rome, amiga del alma, cuando éstas llegaron a la casa romana de la actriz y del doctor- profesor geriatra Roberto Bernabeiç. Nos fuimos a la Toscana y, además de vivir esa zona maravillosa, pudimos pasarlo bien con esos amigos que estaban tan contentos con la llegada de sus dos hijas, Jennifer y Vannesa, soy madrina de una de ellas. Acompañamos a la familia en la buena nueva, después nos acercamos a Roma para visitar la ciudad, ese museo callejero que nos deja sin habla al contemplar cómo vivían nuestros ancestros. Para despedirnos de esa Italia maravillosa nos fuimos a la Fontana de Trevi, un clásico, para pedir volver otro día.
Sydne Rome, es cuñada de la mujer del diseñador Emmanuel Ungaro, estando en París, en la semana de la moda, presenté a Jesús Mari a Laura Ungaro, una mujer exquisita, con una personalidad enorme, ambos congeniaron enseguida y Jesús le propuso a Laura hacerle un reportaje en su casa de París, Laura aceptó pero sin la presencia de Emmanuel, Jesús Mari usó su saber hacer, lo tiene, y mucho, y sus formas excepcionales, el reportaje, precioso, Laura contenta y siempre que se ven están contentos el uno con el otro.
Jesús María, escucha a la gente, él sabe lo que quiere pero entiende que vive un mundo en donde la sensibilidad y el saber hacer son las dos máximas y para ello hace falta profesionalidad, paciencia, constancia. Cuando llegó Rafa a mi vida, lo celebramos, conoció a Rafa y ahora somos tres que reímos, lloramos o no sé qué hacemos cuando toca lo que toca o lo que la vida te depara.
Rafa, dice de Jesús, que es único, le gusta su espontaneidad, esa manera de hacer las cosas con tanta tenacidad y conocer el medio en el que se mueve. Le valora en el trabajo y en las vivencias que pasamos juntos.
Con Rafa, íbamos a ir a ese homenaje de este martes, decididos, contentos, buscábamos un regalo para hacerle, una sorpresa, todo preparado, pero, chicos, chicas, la vida te sorprende no siempre para bien. El domingo por la tarde Rafa salió a pasear con el perro que tenemos en casa, un chihuahua llamado Ra, por Rafa, y que nos regalaron Álex y Xavi, amigos también del alma y que son los que comandan el gabinete de prensa que se encarga de atender a los periodistas internacionales de la Valmont Barcelona Bridal Fashion Week y llevan firmas de prestigio en su gabinete “XXL Comunicación”, Rafa regresó de ese paseo cojo, no podía casi andar, habían ido al bosque, vivimos en un pueblo con el bosque a dos pasos. Rafa no vió un hoyo, se le torció el pie y después de una hora y poco más de su vuelta a casa no podía poner el pie en el suelo, se le había hinchado de forma escandalosa y llamamos al médico, le vendó el tobillo, le dijo que de andar, nada de nada, le recetó antiinflamatorios y que no caminara, pie en alto y a esperar hasta este jueves.
Por lo tanto, nuestro propósito de estar en el homenaje de VBBFW a Jesús Mari, se quedó en una pierna en alto y sin poder andar.
Sabe Jesús, lo sabe muy bien, que nosotros hemos estado allí, de corazón, plenamente, siempre a su lado y como tendrá más homenajes, se los merece todos, estaremos en ese próximo, porque la vida no se puede torcer tanto y menos cuando se trata de estar a lado de los que siempre están a tu lado, de noche y de día.
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