Los manitas de casa o los que se dedican a la reparación de vehículos, casas, a la carpintería o cualquier tipo de tarea similar habrán oído hablar muchas veces de los carros de herramientas. Pero, seguramente, muchos no hayan tenido nunca uno. El caso es que la gente desconoce qué es exactamente un carro para herramientas y para qué sirve exactamente. Pero una vez lo emplean no pueden vivir sin él. Y es que debería ser una pieza imprescindible para cualquier persona que tenga un taller.
Para ser correctos lo deberíamos llamar un carro porta herramientas. Se trata de un soporte con movilidad, con distintos compartimentos como: cajones, bandejas, puertas laterales, etc. (Dependiendo el diseño) que sirve para almacenar y transportar las herramientas. Se trata de una especie de armario para las herramientas pero que se puede transportar fácilmente.
Y tiene, en general, dos funcionalidades. La de facilitar el traslado de las herramientas. Ya que incorpora ruedas y por tanto podemos mover el carro de un sitio a otro y así no tener que cargar las herramientas de un lado para otro mientras trabajamos. Y por otro lado, cumple la función de almacenaje. Y como buen almacenaje nos permite organizar las herramientas.
La organización es vital para alguien que se dedica a la reparación o construcción de diferentes cosas. Ya que a veces vemos como parte de nuestro tiempo se pierde mientras intentamos buscar la herramienta que nos hace falta.
Tipos de carros de herramientas Hay muchos tipos de carros de herramientas en el mercado, con diseños muy diferentes, hechos de materiales distintos, pero con funcionalidades más o menos parecidas. Las modalidades deben escogerse en función de las necesidades de cada uno. También hay que tener en cuenta los materiales con los que está hecho el carro, ya que de ello depende la durabilidad del carro.
Podemos encontrar carros elaborados con acero. Son los más típicos. Y es que los de acero son los que duran más, son más resistentes y además el mantenimiento es muy sencillo. Por lo que seguramente acabarás comprando uno de acero.
Si no te gusta, pero, hay otros materiales. Algunos son de aluminio. Destinados a los que buscan algo más liviano. Aunque su resistencia y su longevidad no son las mismas que el de acero. También hay carros de herramientas de plástico. Son útiles porque son de material no corrosivo, suelen ser muy ligeros, y claro, menos caros. Lo que pasa que son de plástico y, por tanto, no resisten bien el calor ni las adversidades externas. Por lo que suelen durar mucho menos. Además, hay que cuidarlos de forma especial.
También podemos encontrar carros de herramientas de acero inoxidable. Son parecidos a los de acero, pero bastante más caros. Aunque suelen ser un poco más livianos y resistentes a la corrosión que los de acero. Y por último, también podemos comprar carros de madera. Nos recuerdan a los talleres antiguos. Son más bonitos, y quedan bien en talleres de carpintería, por ejemplo. Pero no tan útiles para otro tipo de talleres.
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