Los amaños de partidos vuelven a entrar a escena tras finalizar la temporada. La "operación Oikos", como ha denominado la Policía Nacional al escándalo, entró en acción la pasada temporada en el partido que enfrentaba al Huesca contra el Nàstic de Tarragona la pasada temporada en la Segunda división española. El número de apuestas en ese partido fue exageradamente elevado, lo que llevo a La Liga a denunciarlo ante los agentes de la autoridad, que abrieron una investigación que implica a jugadores de la Primera, la Segunda, la Segunda B, la Tercera división y categorías amateurs.
El proceso ha llevado a que la Policía Nacional descubra que Raúl Bravo y Carlos Aranda, ambos exjugadores del Real Madrid, son los presuntos cabecillas de una red de amaño de partidos en todas las categorías del fútbol nacional. Supuestamente, se encargaban de comprar la voluntad de varios jugadores de una plantilla a través de un jugador de la misma que servía como intermediario entre ambas partes. Los dos exfutbolistas captan a jugadores con un mismo perfil: próximos a la retirada, con pasado en ligas exóticas o con problemas económicos.
En el caso del Valladolid-Valencia de la última jornada de Liga, uno de los partidos investigados, Borja Fernández podría haber servido como el "gancho" entre la plantilla y la banda organizada para convencer a siete compañeros de que se dejaran perder contra el equipo de la capital del Turia, que en ningún caso tiene relación con estos hechos. Los goles valencianistas fueron debido a errores de la defensa rival, los primeros "objetivos" de Aranda y Bravo debido a que son los jugadores que más influencia pueden tener en un resultado adverso.
Cabe recalcar que el Getafe ofreció una prima de dos millones de euros al conjunto vallisoletano para que ganaran el encuentro y de esta forma poder acceder a la Liga de Campeones, un acuerdo que no llegó a consumarse debido a la negativa de la directiva del Valladolid.
Ante las acusaciones, el único club cuyos jugadores están implicados que se ha pronunciado de forma pública ha sido el Valladolid, que ha indicado la apertura de un expediente disciplinario a Borja Fernández, así como la iniciación de una investigación interna con el objetivo de esclarecer los hechos lo más pronto posible.
Por su parte, el Valencia Club de Fútbol se ha desmarcado de las acusaciones vertidas en los últimos días asegurando que se procederá a denunciar a todos los medios de comunicación o periodistas que "ensucien" el nombre del club con acusaciones sin fundamento.
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