El Real Madrid se ha impuesto este sábado por 87-67 al Barça Lassa en el primer partido de la serie final de la Liga Endesa, con una gran actuación del base argentino Facundo Campazzo por sus 19 puntos y desesperando a un equipo rival que ha pagado caro su falta de tensión al inicio.
En la cita inaugural de las batallas por el título liguero, que enfrentan a merengues y culés por decimoquinta vez en la historia de la ACB, el comienzo fue efervescente por parte de los locales. Así, el WiZink Center vibró con un 3+1 que firmó Anthony Randolph en el primer ataque.
Esa jugada del ala-pívot esloveno era el augurio de un cuarto con sabor madridista, especialmente por la inspiración anotadora de su compañero Facu Campazzo. El exterior argentino anotó siete puntos del tirón y puso al Real Madrid con un 9-0 arriba en apenas tres minutos.
Les había costado arrancar, y bastante, a los pupilos de Svetislav Pesic, que fiaron su réplica al juego interior. Ahí apareció el croata Ante Tomic, habitual diana de cada pitada procedente desde la grada del Palacio de los Deportes de la capital.
El expívot madridista mantuvo a flote a su equipo mientras el resto de compañeros se desperezaba con el tiro de media y larga distancia. El apoyo coral surtió efecto, junto a la buena rotación que había hecho Pesic con su banquillo, y el Barça se acercó (17-15) al verse espoleado por Thomas Heurtel y Adam Hanga.
Sin embargo, la gran baza de Sergio Llull casi siempre está cuando Pablo Laso la necesita. El base de Mahón tomó el relevo de Campazzo en todo, pues agarró los mandos de juego y también el liderazgo anotador con pleno en sus dos intentos de triple durante el primer periodo (22-17).
Pero es que el efecto Llull fue más allá, pues contagió a Rudy Fernández y éste transformó dos triples con los que el cuadro local superaba la decena de renta (30-19). Los planes de Laso se cumplían también en defensa, con un par de recuperaciones clave, y además se unieron a la fiesta de canastas algunos secundarios de lujo.
Fabien Causeur, Jaycee Carroll, Trey Thompkins... Cada pieza del engranaje funcionaba en su sitio, lo que se reflejó con un marcador de 41-27 a dos minutos y medio del descanso. Rebajó entonces la sangría un triple lejano de Chris Singleton, aportando así sus primeros tantos al encuentro.
El ala-pívot yanqui se había echado al equipo a su espalda, pero ni por esas. Se encargó Campazzo de dejarlo claro, de nuevo, con su puntería desde más allá de los 6,75 metros; gracias a dos 'mandarinas' más propias del '23' blanco que del jugador argentino, el Real Madrid se marchó al intermedio con mucha comodidad (47-32).
El regreso de los vestuarios se tornó en una pelea psicológica, con protagonismo para el trío arbitral tras una dura falta del base francés Thomas Heurtel. La consulta del 'Instant Replay' no contentó a ninguno de los dos entrenadores, testigos de una retahíla de interrupciones que dejaban similares distancias a la conclusión del tercer periodo (63-52).
La unidad 'B' de Pesic, con Pierre Oriola por dentro para tapar los huecos de Tomic y con Kyle Kuric por fuera para insuflar energía, carburó a medias y la lucha del último cuarto presagiaba gesta o naufragio para los blaugranas. Y, pese a un triple inicial de Kuric, los blancos gestionaron su ventaja con pericia y a lomos de Jeff Taylor.
El alero sueco, algo desacertado antes de los 10 minutos definitivos, de repente enlazó cinco puntos para responder a cualquier conato de remontada (71-54) y también para enjuagar la alegría del WiZink Center, a rebosar de aficionados que celebraban con ganas el triunfo ante el eterno rival en la Liga ACB.
El 87-67 de la conclusión, bien abrochado por el conjunto local tras dos lances de Causeur, dejó patente que el Barça precisa rápidamente de una mejor versión si quiere evitar que su adversario reedite el título liguero. El siguiente asalto de esta final será el próximo lunes (21.00 horas) y en el mismo escenario.
|