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Alineaciones
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2- Real Madrid: Diego López; Varane, Pepe, Sergio Ramos, Coentrao; Essien, Kaká, Modric, Callejón; Morata, Benzema.
1- FC Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Iniesta, Thiago; Pedro, Messi, Villa.
Goles: 1-0 Benzema, min. 7; 1-1 Messi, min. 18; 2-1 Ramos, min. 82.
Árbitro: Pérez Lasa (colegio vasco).
Datos: Santiago Bernabéu. Sábado a las 16 horas. Lleno.
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Roberto Carrera / Madrid
Dos testarazos, dos zarpazos de cabeza le valieron al Real Madrid para prolongar su estado de gracia y contaminar un poco más el clima enrarecido que se ha instalado en Can Barça.
Los blancos fueron superiores en ocasiones, en ganas, en intensidad. Aprovecharon el agujero negro que temporalmente fagocita la media del rival para asestar otro golpe moral a los culés, con lo más importante de la temporada por disputarse.
Fueron dos pero pudieron caer más. Morata por dos veces, un palo de Cristiano y la sensación constante de que este Barça necesita volver a creérselo para no tirar una temporada brillante.
Nombres diferentes, igual resultado
El calendario obligaba a un partido con caras nuevas, donde la proximidad de la Champions revolucionó el once habitual de los de Mourinho. Kaká, Essien, Modric, Callejón o Morata formaron el nuevo traje merengue. El centro de la defensa se mantuvo con Ramos y Varane, dejando a Pepe con la fea misión de impedir la creación de juego del rival.
Roura no sorprendió. Villa se pegó a banda izquierda hasta tocar la misma cal, Mascherano le dio minutos a Puyol y Thiago sustituyó al lesionado Xavi. Once de garantías que mantuvo la línea en lo bueno y lo malo del Barça de las últimas semanas.
Y es que arrancó el Madrid con fuerza, con jugadores queriendo demostrar que no han tomado el banquillo como casa. Los catalanes, con la empanada bajo el brazo, apenas aguantaron seis minutos sin volver a sacar esa inestabilidad en la zaga que ha convertido la portería de Valdés en la plaza del pueblo.
Robo en la salida azulgrana, centro medido de Morata desde la banda y Benzema a placer para poner el primero. El Bernabéu se sentía como en la tercera parte del encuentro del martes. Decimotercer partido recibiendo al menos un gol para los catalanes. Dato demoledor.
Volvieron el miedo, las malas sensaciones y la sensación de que el secreto de la Coca-Cola barcelonista había sido realmente revelado. El Madrid repitió presión arriba pero muy lejos de rozar la extenuación física. El gol le permitía esperar al Barça y jugarse todo a la contra.
Pero la paciencia del juego culé es eterna, y a pesar de sólida colocación de los blancos, Alves encontró un resquicio más allá del cuarto de hora para dejarla a Messi dentro del área. Peligro inevitable. El de Rosario, a pesar de la oposición de Ramos, la clava al palo corto a pesar de la estirada de Diego Alves. Empate a uno en la primera ocasión visitante. Treinta y nueve goles de la pulga más bestia, que además iguala a Di Stéfano como máximo goleador en los Clásicos, con dieciocho dianas.
Sería la única oportunidad de los azulgranas en toda la primera parte, para un partido que cambió el frenético desorden por la organización más aburrida. Ni el Madrid quería salir ni el Barça entrar, con soliloquios surrealistas como los diez pases entre Messi e Iniesta en apenas cinco metros.
La tuvo Morata con el único centro bueno de Modric de la tarde, pero el cabezazo del canterano se estrelló en el lateral de la red, poniendo fin al juego de ataque en el primer acto.
Cristiano y compañía vuelven a hacerlo
La salida de Cristiano encendió a la grada en la reanudación. El héroe madridista sacó la amarilla a Piqué en la primera que tocaba (qué fácil es amonestar a este chico) y levantó a la parroquia con uno de sus disparos con efecto a quince metros de la frontal.
Roura contraatacó con Alexis (suena a retranca tal como está el chileno), intentando meter más empuje arriba. Mal partido del ‘Guaje’, muy solo e impreciso por la izquierda.
La tarde noche era blanca. Morata se quedó solo en otro desconcierto de la defensa visitante, pero Valdés retrasó la explosión del Bernabéu. Ronaldo, con un lanzamiento de falta a la escuadra siguió acercando al segundo a los suyos, que acabaron por conquistar la victoria a balón parado. Saca Modric el córner y Ramos certifica la segunda colleja consecutiva de los blancos sobre los de Roura.
Solo quedó tiempo para un final bronco, con penalti sobre Adriano en el último suspiro y expulsión de Valdés con el encuentro terminado.
Toca nuevo ejercicio de reflexión en Barcelona, al que esta victoria solamente resta posibilidades de ir más allá de la centena de puntos en un campeonato que tienen dominado.
Para el Madrid ahora solo existe Manchester. Dos victorias balsámicas que devuelven la confianza perdida para intentar el asalto en Old Trafford.
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