El festival Primavera Club, esa pildorita invernal del Primavera Sound que ingerimos con gusto los apasionados de la música, tuvo una edición repleta de luces y sombras casi eclipsada por un pánico post-Madrid Arena y por un rumor que se hizo noticia al día siguiente de finalizar: dejará de celebrarse en Barcelona para seguir su andadura en las ciudades de Guimaraes y Burdeos. El cierre temporal de la Apolo tampoco les facilitó la vida a los organizadores, que tuvieron que reubicar muchos conciertos en un breve espacio de tiempo.
Nuestro Primavera Club comenzó el jueves en l´Arteria del Paralel con habladurías de que otra de las sedes del festival, Sidecar, estaba sufriendo un interrogatorio por un grupo de policías que estaba pidiendo papeles y confirmando aforos . Nos adentramos con Cats on fire ya empezados y nos costó ubicarnos en aquella sala, tan nueva para nosotros. Esperamos The Soft Moon con ansia, en casa sonaban bien y su directo prometía. En efecto, sus luces y sombras fueron literales, con unos juegos de luces que bañaron la sala del blanco más blanco y el negro más negro existente. El batería cobró gran protagonismo con sus frenéticos golpes, dándole una fuerte magnificencia a su sonido. Los flashes cegadores mezclados con el humo dejaban entrever a Luis Vázquez, que emitía unos alaridos y se animó con unos bongos en la última canción que acabaron en el suelo. Canonizados. Mientras, otros se rasgaban las venas con Swans y sus dos horas de concierto en el Sant Jordi Club, un recinto quizá demasiado grande para ellos.
La programación del viernes se concentraba sobre todo en Sidecar y Sant Jordi Club, éste segundo con grupos que hicieron las delicias de los amantes de su sonido: La Bien Querida, Los Planetas, Sr Chinarro y Triángulo de Amor Bizarro. Los mejores en sonido fueron La Bien Querida y Los Planetas, para decepción de algunos, no cantaron tantos viejos temas como ellos deseaban. Como me considero muy neutral respecto a esta banda, pregunté al personal y estaban divididos: para algunos fue un excelente concierto y para otros un desastre. División de opiniones para el mismo sentimiento fan. También probamos el sabor de The Monochrome Set, en l´Arteria, donde vimos la escena descrita anteriormente ocurrida en Sidecar. Clima de agobio extendido, mucha polícia poca diversión. Taragana Pyjarama y Robag Wruhme consiguieron hacer danzar al personal en el Attic. Los primeros, sorprendieron por su inmensa madurez en el escenario y el segundo consiguió revivir ese espíritu bailongo del Nitsa, además de tener unas proyecciones espectaculares.
Nos acercamos hasta Exxasens en la sala Monasterio, con un sonido un tanto precario pero que no impidió que algunos menearan la cabeza con su ritmo. Quizá mejor en otra sala, esperábamos una grata sorpresa por parte de ellos. Peregrinamos hasta San Jordi Club para ver a Ariel Pink´s Haunted Graffiti, que se puso dos puntas de barra de pan incrustados en las patillas de sus gafas. El guitarra, un asiático con pelo largo se encontraba después entre el público y cuando fuimos a hablar con él nos aclaró que no era Steve Aoki. Cáspita, pensé, tocar en un famoso grupo para que te terminen confundiendo con dj insanamente bien pagado.
De unos The Vaccines que nos pasaron desapercibidos pasamos a unos impecables The Field. Consiguieron en el Primavera Sound embelesar al respetable y transportar a su dimensión sonora a los asistentes. No fue para menos en esta ocasión, dónde el recinto no se quedó demasiado grande porque se convirtió en otra área, colorista, sólida y mágica. Cerramos los ojos y nos dejamos llevar hasta James Holden que se lució con una sesionaca que hizo quemar zapatilla y desear que aquello no se acabe nunca. Y no lo hará, porque la semana también empezó con una buena noticia: este fin de semana, reabre Apolo.
La música tiene el poder de sanar, conmover y despertar conciencias. Así lo demuestran Yolanda Portillo y Sara Row con “Solas”, su primera colaboración conjunta, una canción profundamente emotiva que habla del abandono, la soledad y las huellas invisibles que deja la falta de conexión emocional. Alejándose de los sonidos comerciales, las artistas apuestan por una propuesta elegante y sincera que pone en primer plano la resiliencia y el empoderamiento femenino.
El regreso de Coyote Dax a la escena musical marca un hito en su evolución artística y su impacto en el público. Con su nuevo sencillo, “No vuelvas más”, el cantante fusiona elementos del country con ritmos latinos, dando un giro fresco y renovado a su estilo característico. Esta combinación demuestra su capacidad de reinventarse y conectar con una audiencia diversa.
El siguiente podcast plantea preguntas sobre la fiel y nutrida base de fans de Britney haga lo que haga, sus canciones más queridas y el papel de los medios en su 'acoso y derribo' en algunos momentos de su vida.