Después de la creación del servicio de internet en el mundo, parece ser que el siguiente boom que revolucionará el mundo digital son las criptomonedas y la tecnología de cadena de bloques, o más conocida como Blockchain. Y para quienes aún no se relacionaron con este concepto, se trata de la tecnología con la que se basó el desarrollo del Bitcoin en 2008. Esta creación fue el inicio de un gran mercado que tomó mayor fuerza durante el año 2009 y que desencadenó en que hoy existan más de dos mil criptomonedas disponibles para los inversionistas.
Muchos son los estudios, investigaciones y los casos de éxito que se pueden leer a diario sobre los posibles usos de la tecnología blockchain, en algunos casos se habla de mejoras en la expedición de visas, en la automatización o simplificación de ciertos procesos bancarios, en la unificación de registros de salud, en la adquisición de la nueva criptomoneda ligera Litecoin, en la gestión de bienes y documentación digital, entre otros tantos usos.
La tecnología, que se compara con el boom del internet en los años noventa, es capaz de verificar, validar, rastrear y almacenar todo tipo de información. Y esa es su principal fortaleza, asegurar la veracidad de las informaciones sensibles.
El blockchain como una nueva alternativa mundial A partir de la crisis financiera que afectó al mundo entero durante el año 2008 se forjaron cientos de iniciativas y/o testeos, con el objetivo de prevenir ese tipo de escenarios globales. Y se cree que el surgimiento de las criptomonedas podría jugar un lugar muy importante en el futuro de los pagos dentro del mercado financiero.
Bruce Weber y Andrew Novocin, dos profesores renombrados de la Universidad de Delaware indicaron a fines del año pasado que “las cadenas de bloques tienen el potencial de desplazar cualquier actividad comercial basada en transacciones que ocurren en bases de datos corporativas tradicionales, que es lo que subyace a casi todas las funciones de servicios financieros. Cualquier operación financiera que tenga poca transparencia y trazabilidad limitada es vulnerable a la interrupción de las aplicaciones de blockchain. Por lo tanto, la tecnología de contabilidad distribuida, es tanto una gran oportunidad como una amenaza disruptiva".
Incluir la tecnología del blockchain en el mundo bancario posibilitaría una automatización del sistema, inyectando además mayor transparencia y trazabilidad, ya que no da lugar a suposiciones. Por ejemplo, crear para la banca mundial, un nuevo sistema en la transacción de dinero supondría contar, por un lado, con un registro público de estas acciones y por otro, posibilitaría el envío inmediato de dinero tradicional.
En palabras de Alex Puig, gerente de Alastria, “Internet nos permite intercambiar información, pero se queda muy limitado a la hora de intercambiar cualquier valor digital que podría ser desde una entrada a un concierto, a una acción de una empresa a la propiedad de una hipoteca. Esto es lo que nos permite blockchain, ampliar internet como lo conocemos para permitir el intercambio de valor”.
En conclusión, para muchos el blockchain significa la transparencia de transacciones monetarias ante hechos de corrupción, para otros se trata de una herramienta que permite construir paso a paso una gran muralla a la que, si le quitas un elemento, se desmoronará. Para otros especialistas, la tecnología blockchain es la oportunidad de realizar transacciones 100% seguras y transparentes, como el intercambio de bonos y acciones o la transferencia de fondos ante la compra de una propiedad.
De todas maneras, es importante recordar que antes de comenzar cualquier iniciativa propia que ponga en obrita el uso de una cadena de bloques, como lo sería la opción de pago con Bitcoin, es importante conocer muy bien el registro de transacciones y las implicancias del mismo con el fin de reducir cualquier chance de complicaciones futuras.
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