Toda aquella persona que tenga algún tipo de relación con el mundo de la empresa y de las finanzas debería de conocer todo sobre las denominadas como auditorías de cuentas. Este término hace referencia a la revisión y verificación de las cuentas anuales en conformidad al Plan General de Contabilidad y a las pautas que se establecen en el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas.
El objetivo principal de la realización de una auditoría de cuentas es la publicación de un informe en el que se certifique la fiabilidad de estos documentos. Por tanto, por medio de este proceso se puede verificar si las cuentas presentadas son fieles al patrimonio y al estado financiero de una empresa determinada.
Es evidente que la propia empresa no puede realizar una auditoría de cuentas. Para ello, se debe contactar con otra empresa independiente especializada en ello y que no tengan ningún tipo de participación y relación con la compañía.
Una vez se ha explicado lo que es una auditoría, es importante destacar qué empresas están obligadas a realizarla por diversos factores. Sea cual sea la naturaleza jurídica de la empresa, todas aquellas que repiten durante dos ejercicios seguidos dos de las siguientes circunstancias: cuando el total de las partidas del activo supera los 2.850.000 euros, cuando el importe neto de su cifra anual de negocios supera los 5.700.000 euros y en el caso de que el número medio de trabajadores empleados durante el ejercicio económico fuera superior a 50.
En el momento en el cual una empresa repita dos de estos casos durante dos ejercicios de forma consecutiva, ya debería de dedicarse a buscar una empresa independiente que se encargue de realizar auditorías de cuentas, como auditores Barcelona. Es muy importante que los directivos de las compañías estén atentos a las circunstancias previamente manifestadas, porque en caso de que no realicen una auditoría de cuentas, se podría sancionar la empresa por incumplir el deber de depósito, pero estas sanciones pueden considerarse leves debido a que el objetivo es que se cumpla la normativa contable en vigor.
La consecuencia más grave que podría acarrear para una empresa no realizar la auditoría sería la imposibilidad de poder registrar los actos jurídicos y mercantiles, lo que conllevaría consecuencias muy negativas para la compañía y sus socios. Hasta el momento en el que se depositen en el Registro Mercantil el informe de auditoría correspondiente, la empresa no podrá realizar ampliaciones de capital, ventas de acciones, cambios de socios o cualquier acción que requiera de su publicación en el registro.
Cuando los directivos de la compañía ya han optado por contactar con una empresa que se encargue de realizar la auditoría, deben saber que es una gran ventaja ya que el auditor es una persona experta en materia financiera y que, además de realizar su trabajo, puede proponer mejoras en la empresa y también alertar en caso de que se estén realizando prácticas que puedan llegar a suponer un riesgo para la estabilidad financiera de la misma. El auditor, como experto en términos económicos y al resultar una persona ajena a la empresa, va a tener un impacto positivo.
|