Lo extraño es que hubiera sucedido lo contrario a lo que aconteció. “Por momentos, me vino grande estar en esta pista y ante Rafa Nadal”, reconoció Pablo Andújar a la conclusión del encuentro. Es normal. Lógico cuando se habla de un tenista que ocupa el número 113 de la ATP, que jugaba en una pista central prácticamente completa en su aforo, que disputaba sus primeras semifinales de un Masters 1.000 y que enfrente tenía a una fuerza de la naturaleza como Rafa Nadal. Como era casi de esperar, salvo en contadas excepciones, Pablo Andújar no se centró hasta el segundo set. La aclimatación a estas nuevas condiciones tuvieron las consecuencias tradicionales: 6-0 (24 minutos de juego). Nadal no tuvo piedad o, según otra lectura más positiva, le ofreció una clase práctica de cómo desenvolverse en estos escenarios.
Rafa Nadal celebra su pase a la final del Mutua Madrid Open tras ganar a Pablo Andújar. |
Es decir, engancharse rápidamente al encuentro, empezar haciendo un break a la primera ocasión (en el primer juego del partido, como tanto le agrada a Nadal), repartiendo unos cuantos golpes ganadores con la derecha, asegurando un saque certero y facilitando la obtención de los puntos y no cometiendo errores infantiles (Nadal se quedó en 5 y Andújar se elevó a los 12 errores no forzados). Nadal estaba, en consecuencia, como pez en el agua. Se movía con ese poso que proporciona todo su palmarés sobre torneos deportivos; Andújar estaba descubriendo qué vida tenística acontece cuando uno se adentra en un escalón superior, un mundo completamente diferente al que él está acostumbrado, con adversarios de menor renombre y gradas menos pobladas.
Aprendida esta lección, necesaria todo sea dicho, Pablo Andújar se olvidó del marcador y se dispuso a agradar a los espectadores, a enseñarles ese tenis que atesora y que le ha permitido dibujar una semana maravillosa en el Mutua Madrid Open (entró al torneo mediante una 'wild card' y ha eliminado a Cilic, Isner, Gimeno-Traver y Nishikori, el verdugo de Federer). Pablo Andújar, por momento, hizo sudar a Nadal. Le hizo sufrir con alguna dejada, alguna derecha profunda y hasta con un par de intercambios formidables entre ambos con dejadas, globos, golpes inverosímiles… siendo recompensado con un buen puñado de aplausos. “Pablo ha jugado el segundo set con más ambición y siendo más agresivo”, resumió Nadal. Cierto. El conquense no dimitió del encuentro como hacen otros tenistas con mayor recorrido a sus espaldas. Y esto es muy positivo.
Pablo Andújar, incluso, dispuso de una ocasión inigualable de hacer un break a Rafa Nadal (tuvo un 15-40 a su favor con 3-2 en el segundo set), pero éste reaccionó como lo hacen los campeones: sofocando el incendio con un par de puntos ganadores. Nadal, entonces, subió su velocidad tenística, rompió el saque con 4-4 y se lanzó hacia otra final en un Masters 1.000, en el Mutua Madrid Open (en caso de ganar sería su tercera corona en Madrid), la séptima, en otros tantos torneos, desde que reapareciera tras estar siete meses de parón a causa de sus problemas físicos en su rodilla izquierda. “Jugar una final siempre es bueno y más si es en Madrid, es algo más especial”, dijo el balear. Un Rafa Nadal que este domingo no sólo disputará un partido por ganar un torneo, sino que tratará de aumentar su récord de triunfos en Masters (tiene 22, más que ningún otro tenista en la historia), igualar al austriaco Tomas Muster como el segundo tenista con más títulos sobre arcilla (40, por los 45 de Guillermo Vilas) y optar a arrebatar a David Ferrer el número cuatro mundial antes del sorteo del cuadro de Roland Garros.
Wawrinka derrota a Berdych
El último escollo de Nadal hacia todos estos trofeos y récords será el suizo Wawrinka, ese tenista que ha crecido a la sombra de Federer. Lo será porque se impuso a Berdych en un encuentro emocionante por el resultado (6-3; 4-6; 6-4), pero soso en cuanto a golpes agraciados para el espectador. Fue un duelo entre dos sacadores y golpeadores de fondo. Ninguna dejada, en consecuencia. Wawrinka, que aterrizó en el Mutua Madrid Open como ganador en Portugal a costa de David Ferrer, mostró un tenis seguro durante bastantes fases del encuentro, pero también evidenció desajustes mentales, como cuando se dejó ir durante el final del segundo set (recibió un 'warning' por mandar una pelota fuera del recinto de la Manolo Santana) o cuando estuvo cerca de hacerlo al comienzo de la tercera manga. No lo hizo, en parte, porque Berdych tampoco estaba muy inspirado y cedió con un 15-30 para haberse puesto con 5-3. Falló y Wawrinka empató a 4-4. Entonces, el suizo, de 28 años, recobró fuerzas y estuvo más acertado en el momento decisivo del tercer set.
Serena Williams - Sharapova, final
Con anterioridad, en horario matutino, el Mutua Madrid Open celebró la formación de la final más deseada en el cuadro de féminas, con Serena Williams (actual número 1) y la rusa Maria Sharapova (número 2). Ninguna otra final sería mejor para celebrar los cuarenta años de la WTA, ni tampoco para atraer espectadores a la Caja Mágica. En definitiva, la actual defensora del Mutua Madrid Open, Serena Williams, contra su más inmediata perseguidora, una Maria Sharapova que no había pasado antes de cuartos en este torneo. La estadounidense se deshizo con su tenis pausado de la italiana Sara Errani (7-5; 6-2) y la tenista rusa, irregular con su saque e imparable con su derecha, hizo lo propio con Ana Ivanovic (6-4; 6-3).
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