El jugador del Atlético de Madrid Diego Costa se ha declarado culpable de un delito de fraude fiscal valorado en más de un millón de euros durante su declaración este viernes en sede judicial, según han indicado a Europa Press fuentes jurídicas.
Este viernes el delantero del club colchonero ha declarado en el Juzgado de Instrucción número 48 de Plaza de Castilla y, según las fuentes consultadas, «ha reconocido los hechos».
Ahora, se tendrá que concretar la pena que le impondrá y la cuantía de la multa que deberá abonar. El diario 'El Mundo' ha avanzado que Costa acepta con esta confesión una pena de seis meses de prisión que no implica ingreso al poder ser sustituida por el abono de una sanción de 600.000 euros, al haber reintegrado ya una cuantía superior al millón de euros.
La sección de Delitos Económicos de la Fiscalía de Madrid presentó en junio una denuncia contra el futbolista por un fraude fiscal en el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) durante el ejercicio 2014 y que asciende a 1.014.416,76 euros.
En su escrito remitido al juez, se acusa al jugador de haber obtenido de forma directa o a través de terceras personas unos ingresos por la cesión de sus derechos de imagen por valor de 1.371.098,31 euros y que «con ánimo de obtener un beneficio fiscal ilícito» presentó en plazo la liquidación del IRPF sin declarar la cantidad procedente del dinero que le había pagado el Chelsea, el club inglés por el que fichó ese mismo año.
En el informe remitido a la Fiscalía por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) se desprende que el 5 de agosto de 2013 el futbolista suscribió un contrato federativo de trabajo de jugador profesional con el Atlético de Madrid con vigencia hasta el 30 de junio de 2018 y que, pese a ello, el 13 de junio de 2014 formalizó un documento de «liquidación de saldo y finiquito» por cuanto iba a ser transferido al Chelsea.
Así, el 25 de junio los dos clubes formalizaron un acuerdo de traspaso a raíz del cual el 1 de julio de 2014 Diego Costa pudo suscribir un contrato de trabajo con el Chelsea con vigencia hasta el 30 de junio de 2019 y una retribución bruta de 10.021.000 euros por cada temporada. Veinte días más tarde el futbolista trasladó su residencia «definitivamente» a Reino Unido, «siendo por tanto residente fiscal en España durante el ejercicio 2014».
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