Madrid afronta este sábado la última recta de la carrera frente a Estambul y Tokio por los Juegos Olímpicos de 2020, la decisión más importante para la ciudad y el deporte español en los últimos tiempos, pues su concesión supondría un impulso para la imagen de un país que trata de despegarse de la crisis y un buen legado e inyección moral y económica para las nuevas generaciones de jóvenes.
El futuro económico y olímpico de Madrid estará guardado en un sobre que el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el doctor belga Jacques Rogge, abrirá sobre las 17:30 horas (22:30, horario peninsular español) en uno de los salones del Hotel Hilton de Puerto Madero, sede hasta el próximo 10 de septiembre de la 125 Asamblea del COI en pleno pulmón económico de la capital argentina.
"Vamos a ganar a Tokio en el último metro", apuntó una de las voces autorizadas del proyecto madrileño, cuyos responsables trataban, no obstante, de rebajar la euforia que les llega desde más de 10.000 kilómetros, en España, un país que suspira por albergar casi tres décadas después, tras los exitosos de Barcelona'92, los segundos Juegos Olímpicos de la Era Moderna.
Con el príncipe don Felipe de Borbón como principal Embajador del Madrid del 'veinte-veinte', la candidatura trataba aún de convencer a última hora a los miembros indecisos de un censo que, salvo cambios de última hora, será de 93 ó 94 miembros y a los que no dejan de hablar de las bondades del proyecto "realista" y "austero" de la capital. "Hemos hablado con cada uno de ellos varias veces. Más no se puede hacer", aseguró este viernes el presidente de Madrid 2020, Alejandro Blanco.
A última hora el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que llegará el mismo sábado a Buenos Aires procedente de la cumbre del G-20 en San Petersburgo, se unirá a una expedición en la que Blanco, la alcaldesa Ana Botella, los ministros Wert, Soria y García-Margallo, el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, o deportistas como Fermín Cacho, Mireia Belmonte o su portavoz, Pau Gasol, han hecho equipo para intensificar el 'lobby' con los votantes.
Los nueve ponentes de Madrid 2020 en la última presentación -el Príncipe Felipe, Mariano Rajoy, Ana Botella, Ignacio González, Alejandro Blanco, Víctor Sánchez, Theresa Zabell, Juan Antonio Samaranch y Pau Gasol- tratarán de convencer "con la pasión española" a los votantes del COI. "Esta vez será diferente, sólo somos tres candidatas. Y estoy seguro de que hasta el final no habrá nada decidido", afirmó el consejero-delegado del proyecto, Víctor Sánchez.
Según los pronósticos de los expertos, la votación se antoja muy cerrada entre Tokio, su proyecto vanguardista y de memoria de los Juegos de 1964, y la capital española. Madrid dijo que "necesitaba los Juegos" para salvar a una generación de jóvenes, deportistas o no, pero ahora se ha afanado en explicar también que el suyo es un proyecto "seguro" para el COI.
Es el todo o nada olímpico para Madrid, que ha tratado de reducir el listón de la euforia alimentada en las semanas previas a la decisión. Un triunfo sería una buena noticia para el PIB y la creación de puestos de trabajo como han explicado en los dos años últimos los impulsores del Madrid 2020. Una derrota significaría el adiós a la aventura olímpica por un período. "No sería fácil explicar a la sociedad un nuevo intento", confesó a Europa Press un directivo.
Pero éste no es un escenario que se quiere estudiar por el momento. Por el contrario, Madrid quiere hacer suyo los tópicos de los terceros intentos con éxito, culminar las obras de las infraestructuras "del ochenta por ciento", dar un brinco a su economía y la española y dejar de repetir que es la única gran capital europea que lo tiene todo, excepto el sueño de haber albergado unos Juegos Olímpicos.
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