| Ficha técnica | 2 - Rayo Vallecano: Rubén (1); Tito (2), Arbilla (1), Gálvez (1), Nacho (2), Adrián (1) (Bueno) ; Trashorras (2), Saúl (1); Falqué (1) (Embarba 67') (1) Viera (1), Lass (1). 3 – Real Madrid: López (2); Carvajal (0) (Arbeloa 67'), Ramos (1), Pepe (1),Coentrao (1) (Marcelo 57'); Xabi Alonso (1) (Illarra 45') (2), Modric (2), Di María (1), Bale (1), Ronaldo (3); Benzema (1)
Goles: 0-1 m.3' Ronaldo; 0-2 m34' Benzema; 0-3 m.46 Ronaldo; 1-3 m.63 Viera (p); 2-3 m.64 Viera (p)
Árbitro: Álvarez Izquierdo (comité catalán) (2)
Incidencias: 11.500 espectadores en el Estadio de Vallecas. Terreno de juego en buenas condiciones.
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Sufrió más de lo previsto el Real Madrid en su visita al barrio vecino. Muy de cara se le pusieron las cosas al conjunto blanco desde el primer minuto cuando Ronaldo, en el primer disparo a puerta del partido, conseguía cruzar un balón ante Rubén. La misma historia se repitió hasta entrada la segunda parte hasta en dos ocasiones más. Sin embargo, todo cambió en un final que hizo despertar a todo un barrio.
No le hace falta al conjunto de Ancelotti jugar bien al fútbol, aunque disponga de los jugadores para hacerlo. En Vallecas había que ganar y evitar tropiezos que entorpecieran más el camino al liderato. Las variaciones le sonreían al técnico italiano que se marchó al descanso con dos tantos a su favor. El segundo de ellos, obra de Benzemá, quien remataría con gran acierto un centro desde la banda diestra.
Casi sin tiempo para volver a acomodarse en su butaca, el espectador de Vallecas tiraba las esperanzas de una posible remontada una vez reanudada la segunda parte. Cristiano y Bale se conectaron en una gran maniobra del galés para que el portugués hiciese el tercero. Pero lo que nunca se imaginaba ese aficionado, es que minutos más tarde se tendría que volver a agachar para recoger lo que había tirado. El Rayo aprendió a competir.
Dos decisiones arbitrales acompañaron las intenciones rayistas. Dos penaltis que no fallaría un determinante Jonathan Viera. El canario puso Vallecas 'patas arriba' y desmadró a un Real Madrid inoperante. Sin cerebro, con un Modric desesperado porque sus compañeros no querían que pensase y ya sin Xabi Alonso, aún renqueante de su larga lesión y sustituido por Illarra.
Hasta dos disparos al poste envió el Rayo que se regocijaba en su sueño de igualar el partido con un chaval que hace unos meses corría por los campos de fútbol de Carabanchel y que hoy ponía en aprietos a un equipo construido a base de talonario. Adrián Embarba puso las intenciones pero la pelota, caprichosa como siempre, no volvería a rozar la red que defendía Diego López. Tampoco entró en la portería de Vallecas, y eso que Cristiano lo volvería a intentar por él mismo. Sin éxito de cara a gol, y con la miel en los labios, al Rayo no le quedó más remedio que morderse un labio mientras veía como los tres puntos se colaban en el casco vikingo. El Rayo, en su navío destartalado remó y cuando divisaba la orilla se hundió; en cambio, al Real Madrid, con todas sus velas izadas le llevó la corriente, como acostumbra, a buen puerto.
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