La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha denunciado a 9.471 conductores en tan solo una semana, como indica la Dirección General de Tráfico (DGT), en un dispositivo de control especial llevado a cabo a mediados del pasado mes de noviembre. El objetivo de esta campaña era comprobar que los vehículos circularan en adecuadas condiciones de mantenimiento. ¿El resultado? Casi 184.000 vehículos inspeccionados (turismos, motos, furgonetas, camiones, autobuses…) y más de 10.000 multas.
Según cifras de la DGT, la media de edad del parque automovilístico español es de 14 años. La cifra se ha disparado hasta en un 50% durante última década y la renovación se encuentra en su cuota más baja desde 2007. Esta antigüedad incrementa las posibilidades de sufrir un accidente y, según cifras oficiales, la edad media de los vehículos implicados en accidentes mortales en 2018 fue de 13 años en turismos, casi 10 años en motocicletas y casi 15 en camiones (de hasta 3.500 kg). Los principales aspectos tenidos en cuenta en este dispositivo fueron neumáticos, alumbrado e ITV, entre otras; aspectos que los españoles, y según el comparador de seguros de coche Acierto.com, no cuidan.
Y es que, según una encuesta de la citada entidad, solo 3 de cada 10 automovilistas realizan la puesta a punto de su vehículo antes de emprender un viaje. El 60% ni siquiera cambia las ruedas a tiempo: el 46,2% lo hace después de recorrer con ellos más de 50.000 kilómetros y el 11,7% tras superar los 65.000. Los expertos establecen el límite alrededor de los 40.000. Si nos centramos en las asistencias, casi el 90 % de las actuaciones corresponden a averías en el motor, baterías descargadas, fallos en el sistema eléctrico, pinchazos y reventones de neumáticos. Sólo el 10 % corresponden a siniestros de tráfico.
A esto se añade otra imprudencia más: que pasamos poco por el taller y que, cuando lo hacemos, es en caso de avería mecánica. Hasta dos de cada cinco españoles admiten no realizar siquiera las revisiones estipuladas por el fabricante.
Lo peor del caso es que casi la mitad de ellos solo lo harían si detectara un problema; y que hasta el 18% ignora cuándo realizarlas.
¿Qué multas nos pueden poner por no llevar el coche a punto? Este control llevado a cabo a mediados del mes pasado ha acarreado más de 10.000 multas cuyas resoluciones sancionadoras supondrán entre 80 y 6.000 euros, en función de la gravedad de cada una.
Durante el citado dispositivo, la revisión de las ruedas ha sido uno de los objetivos primordiales. Como asegura el comparador de seguros Acierto, estas son el segundo motivo de averías (22%), solo por detrás de la batería. Sin embargo, el pinchazo de un neumático durante la marcha puede suponer un peligro mucho mayor que la descarga de una batería previa a iniciar el viaje. De ahí que la Guardia Civil ponga especial foco a los aspectos relativos al dibujo, cuya profundidad mínima debe ser de 1,6 milímetros. De lo contrario, supondrá un exceso de desgaste que podría provocar accidentes por derrapes o aquaplanning (más propicio durante el otoño y el invierno). Además, la distancia de frenado aumenta, más si las condiciones meteorológicas son adversas para la conducción (hasta un 40% más con lluvia).
Asimismo, hay otras infracciones a tener en cuenta de cara, no solo al siguiente puente, sino para cada vez que cojamos el coche. Por ejemplo, circular sin placa de matrícula o llevarla sucia o desgastada, de tal manera que sea ilegible, puede suponer una multa de hasta 200 euros. Más grave será que manipulemos la placa, penada con hasta 6.000 euros de multa y la pérdida de 6 puntos. Otras faltas, con hasta 500 euros de sanción, son circular con el carné caducado, sin los sistemas de alumbrado operativos, con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) caducada o no llevar los triángulos de señalización homologados.
Más allá de las multas: los peligros de no revisar tu coche Así, el incidente más común tiene que ver con la batería del vehículo; la protagonista de 1 de cada 5 reparaciones. Y es que la batería es uno de los elementos del coche más vulnerables a los cambios de temperatura. Por desgracia, repararla ronda los 250 euros.
Tampoco se quedan atrás los fallos del motor y la calefacción, así como las asistencias relacionadas con el líquido refrigerante. Respecto a estos primeros, en algunas ocasiones y dependiendo del modelo, puede tener que ver con el tiempo que necesita el coche para que el motor, el aceite, el líquido de dirección y demás lleguen a determinada temperatura. En caso contrario, podría dañarse el motor por falta de lubricación. Siguiendo con los fluidos puede ocurrir que el líquido refrigerante se encuentre en mal estado. Cambiarlo a tiempo cuesta unos 70 euros pero, si no lo hacemos y se rompe la culata del motor, la reparación podría alcanzar los 3.000 euros.
En cuanto a los accidentes fruto de la metereología, no podemos dejar de hablar del viento, pues se estima que casi el 5% se atribuyen él. 7 de cada 10, por otra parte, tienen lugar con lluvia, y hasta el 4% por niebla.
Cómo prevenir accidentes en invierno Afortunadamente es posible prevenir todos estos incidentes de la mano de una serie de consejos: realiza la puesta a punto de tu vehículo adecuadamente. No solo deberías revisar el coche antes de emprender un viaje, sino tenerlo listo para el cambio de estación y la bajada de las temperaturas. Nos estamos refiriendo desde a tener preparados los neumáticos de invierno o las cadenas, hasta revisar que la calefacción -que no haya conductos obstruidos- y luces antiniebla funcionan bien, y comprobar que las escobillas no se han resecado fruto del calor del verano, entre otros.
Si hablamos de los neumáticos, como hemos comentado, resulta básico observar la profundidad del diámetro de la banda de rodadura, que no es aconsejable que esté por debajo de los tres milímetros (aunque a partir de 1,6 acarree multa), así como comprobar que la goma carece de cortes y deformaciones. Puedes optar por unos específicos de invierno, que reducen la distancia de frenado y favorecen el agarre.
Especial atención merecen los amortiguadores, cuyo mantenimiento resulta todavía más importante en la estación más gélida del año. Sí, porque tenerlos en mal estado incrementa el riesgo de sufrir aquaplanning.
Y encárgate también del mantenimiento de las baterías: comprueba su carga antes del invierno o cámbiala si es necesario, especialmente si tu coche tiene más de tres años de edad. Verifica el estado del alternador y comprueba que genera la suficiente energía para que la batería cumpla su periodo regular de vida -que ronda los cinco años-. Tampoco estará de más llevar un juego de pinzas que nos saque de un apuro.
Evita el “control de crucero” cuando la carretera se encuentre húmeda o helada, incluso en carretera. Lo mejor es tener el máximo manejo del vehículo, en especial porque en estas condiciones otros conductores pueden frenar bruscamente, patinar, etcétera.
Reduce la velocidad cuando las condiciones meteorológicas no acompañen y, especialmente, en los pasos a nivel y puentes, donde suelen crearse capas de hielo con mayor facilidad. Respeta la distancia de seguridad.
Evita conducir después de las comidas copiosas -la digestión puede causar somnolencia- y no bebas si vas a coger el coche. De hecho, la DGT ya ha anunciado su nueva campaña de seguridad vial en la que impondrá medidas más estrictas de control de drogas y alcohol. Se estima que realizará unos 20.000 controles de este tipo diarios durante estas fechas. Por desgracia, el 42% de los españoles afirma haber conducido alguna vez tras haber consumido alcohol.
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