| Ficha técnica | 1-Atlético de Madrid: Courtois (3); Juanfran (1), Miranda (3), Godín (2), Filipe (3); Gabi (2), Koke (2); Raul García (2), Arda Turan (2); Diego Costa (2), Villa (2).
1-Sevilla: Beto (1); Coke (2), Fazio (3), Pareja (1), F. Navarro (2); Vitolo (2), Carriço (1); Alberto (2), Rakitic (3), Iborra (2); Bacca (2).
Cambios: En el Atlético de Madrid Cebolla (1) por Villa (min.80), Sosa (0) por Koke (min.86) y en el Sevilla Gameiro (1) por Pareja (min.45) y Reyes (1) por Bacca (min.84).
Goles: 1-0 David Villa (min.17); 1-1 Rakitic (min.72).
Árbitro: Hernández Hernández (colegio canario) (1). En los locales amonestó con cartulina amarilla a Juanfran (71’) y en los visitantes a Pareja (13’), y expulsó a Alberto Moreno (88’).
Incidencias: 40.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón. Terreno de juego en buenas condiciones. Partido de Liga correspondiente a la vigésima jornada. |
Datos destacables | Lo mejor: Villa, goleador El asturiano acabó con su sequía anotando el tanto del Atlético, que esta vez no sirvió para sumar los tres puntos.
Lo peor: Alberto Moreno El futbolista sevillista terminó expulsado por agresión en el tramo final del partido.
El dato: Líder por momentos Desde el gol de Villa hasta el de Rakitic el Atlético fue líder en solitario. Tras el empate, es otra vez colíder. |
| Daniel Sanabria / Enviado al Vicente Calderón
Fue bonito mientras duró, pero habría sido injusto. Durante una hora el Atleti fue líder, en solitario, sin condiciones. El Calderón soñaba con levantarse en lo más alto de la clasificación y verse por encima de los dos gigantes, pero una chapuza de Juanfran lo impidió. Sería injusto monopolizar el empate en el error del lateral rojiblanco. Él estuvo mal en defensa, pero el resto lo estuvo en ataque. El Atleti fue un equipo con mucho corazón y poca cabeza. Y eso no bastó para ganar a un Sevilla que se mostró rocoso y unido en defensa.
Con el acicate de situarse por encima del Barcelona por vez primera en el curso, el Atlético encaraba el partido con un extra de motivación. Y le entró el mal de altura. Mostró la intensidad que le acostumbra, pero nada más. No generó ocasiones, y eso le lastró en el marcador. Aunque esté firmando la mejor campaña de su historia, el Atlético no es perfecto. En los últimos cuatro partidos (dos de Liga y dos de Copa) solo ha anotado goles en saques de esquina. La causa y la consecuencia es la misma: el bajo estado de forma de Diego Costa. El brasileño brega y lucha como siempre, pero está poco resolutivo. El Sevilla supo sujetarle bien, le dejó sin espacios, y Costa se ahogó. Todavía no se ha estrenado en el 2014.
El gol del Atlético llegó, otra vez, a balón parado. Saque de esquina de Koke, Beto sale a por uvas, Godín cabecea al centro y Villa remata a puerta vacía. Corría el minuto 17 y el Atlético ya había hecho lo más difícil. Lo malo es que no hizo nada más. Confiado a su defensa y a su buen contragolpe, el conjunto madrileño dio el marcador por bueno y bajó un par de marchas. En los primeros cuarenta y cinco minutos no ocurrió nada más. El balance ofensivo del Sevilla se resumen en un inocente disparo de Coke y un remate desviado de Fazio. El del Atlético, en el gol de Villa.
En el segundo acto los de Emery empezaron a encontrar más espacios y la cercanía del Atleti en el marcador fue un aliciente para venirse arriba. Bacca, peleón como un vino de tasca de barrio, fue un incordio permanente para la zaga rojiblanca. El colombiano ya le ha tomado el pulso a la Liga y en las últimas semanas se está destapando. Corría el minuto 74 y en un lance con Juanfran sacó un penalti de donde no había nada. Oro en el desierto. Con el reglamento en la mano, el árbitro acertó, pero minutos antes no señaló una jugada idéntica en la otra portería. Raúl García protestó, llevaba razón, pero a él no le hicieron caso.
Rakitic no falló la pena máxima y el partido daba al reset con cuarto de hora aun para el final. Los rojiblancos solo cometieron un error en noventa minutos, y lo pagaron. Tras el empate, el Atlético se convirtió en el capitán Garfio. Se obsesionó con los relojes y con la ansiedad por el paso del tiempo, y se le olvidó jugar al fútbol. Demasiado acelerado, se encomendó a Arda Turan para que sacara magia de su chistera, pero para entonces el genio turco ya estaba pidiendo oxígeno. A él sí ya se le nota el cansancio acumulado.
Dadas las circunstancias y el escenario, el Sevilla dio por bueno el empate. Es el segundo equipo, tras el Barcelona, que logra llevarse algo del Manzanares, aunque sea poco. Su empate supo a victoria, el del Atlético a derrota. El tren del liderato pasa una vez cada muchas jornadas. De nuevo lo perdió. Pero sigue ahí, en la lucha, con veinte jornadas ya en el calendario, cuando muchos le dieron por muerto a estas alturas.
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