Lunes….inaugurando la semana. Mismo día para todos, pero
cada uno lo empezamos de una forma diferente. Para la inmensa parte de las
personas un día digno de ser eliminado del calendario y del que todos
pretendemos huir o que por lo menos que pase lo más rápido posible. El mal trago
de dejar atrás el fin de semana para volver a volcarte en tu rutina semanal no
todos lo llevamos del mismo modo, pero más o menos la percepción es similar.
Similar siempre y cuando no seas Rafa Nadal. Un día como
hoy, después de vivir uno de los eventos deportivos más impresionantes y a
pocos días ya de iniciar el mundial que prácticamente colapsa la información
deportiva , el tenista manacorí seguro que se ha despertado con la sensación de
ser el rey de la raqueta. Con un sobresalto de libertad y satisfacción tras el
trabajo bien hecho. Un sueño donde todo un equipo se ha volcado y se ha visto
cumplido con ilusión y mucho sacrificio. Rafa Nadal vuelve a la posición de la
nunca debió salir y firmando su noveno Roland Garros, que precisamente no son
palabras menores.
Haciendo historia, tal y como le gusta a Rafa. Su torneo
fetiche, una tarde mágica en París. Miles de apelativos para describir tres
horas y media de espectáculo. 210 minutos de ir golpe a golpe. Donde la forma
física muchas veces se enfrenta a una dura batalla mental para lograr reponerse
después de un mal resto. Sufrimiento y mucho trabajo. Sacrificio más que recompensado
en la arcilla de París donde después de cuatro derrotas consecutivas frente a
Djokovic, Rafa Nadal logró sellar su gran victoria. Marcando con letras
mayúsculas el sueño de sumar su noveno Roland Garros.
Tesón y mucha confianza. Al parecer acabó el partido con
calambres y con las rodillas hechas puré….ese tipo de acontecimientos y ese
tipo de reacciones son las que al final acaban definiendo a los grandes
deportistas de élite. Compañerismo también el que mostró el serbio que
refiriéndose ciertamente a todo esto supo valorar la actuación de su contrario
para engrandecer el mito del tenista español.
Grande Rafa y toda su valentía y optimismo para dejarse la
fuerza y el sudor en cada golpe. Mitos del deporte, no hay palabras.
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