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Algunos españoles que producen repugnancia

La capacidad de escoger es lo que podría esperarse en un país en el que hay veinte o treinta televisiones
Pedro de Hoyos
martes, 21 de octubre de 2014, 06:51 h (CET)
Hace ya años que no veo ninguna televisión española, si exceptuamos algunos informativos y muy pocas retrasmisiones deportivas. Se ha convertido en un elemento disturbador de la claridad de mente. Llena de vulgaridades, zafiedades y obscenidades hace ya mucho que la borré de mis preferencias. Veo tele sí, pero he preferido rascarme el bolsillo todos los meses para tener donde escoger. Y no escojo producto español, qué pena, oiga.

Porque la capacidad de escoger es lo que podría esperarse en un país en el que hay veinte o treinta televisiones, en el que la izquierda tiene sus emisoras y la derecha tiene las suyas. Pero esa capacidad se pierde cuando todas emiten la misma basura, la misma roña y los mismos detritos. Sí, claro, todavía puedo pasar la velada viendo dibujos animados de Disney. Ya.

Hombre, todavía queda internet y la capacidad de lectura, la prensa, las opiniones, la actualidad. Leo en el blog de Javier Fumero que Antena 3 ha estrenado un programa en el que mostró a Melendi y a los presentadores, Manel Fuentes y Arturo Valls, crucificados. Y ése era el motivo para hacer unas gracias, echar unas risas y ganar audiencia. Ésa es la madre de todos los corderos televisivos, hay que ganar audiencia… ¿Antena 3 es la tele de la derecha española? La derecha española siempre tan acomplejada, señor Lara, siempre con miedo de parecer de derechas… Le doy vueltas a la cabeza, me pregunto por qué la televisión no se atreve a hacer chistes de gangosos o de maricas pero sí se atreve a bromear con momentos fundamentales del cristianismo. Los cristianos hemos sustituido a los gangosos de aquellos chistes tan casposos de Arévalo.

Según Javier Fumero a la misma hora en Telecinco andaban debatiendo sobre el tamaño del pito de alguien, no sé de quién aunque lo he leído, que la amplísima fauna nacional es cada día que pasa más salvaje en el peor sentido que puedan ustedes encontrar a la palabra. La alternativa del señor Lara sigue siendo más civilizada, como la derecha española, temerosa de romper un plato, temerosa de defender sus presupuestos ideológicos no vaya a ser que le llamen facha. Si el señor Lara quiere seguir haciendo dinero con sus televisiones puede probar a hacer unas burlas sobre el maltrato a las mujeres, sobre el acoso escolar… o sobre Mahoma. ¿A que no hay narices?

Y claro, muchos lectores tienen derecho a pensar que soy un ultra, un facha o una rata de sacristía. No, no soy un ultra, pero no he perdido la capacidad de asombrarme ante las contradicciones de un país tan civilizado como para impedir que se haga burla de dos señores que van de la mano por la calle, pero no le importa que se burlen de las creencias religiosas de unos cuantos millones de españoles.

Simplemente algunos españoles me producen verdadero repugnancia; ya televisivamente soy extranjero, quisiera serlo también políticamente para no ser paisano de Rodrigo Rato, Blesa o los sindicalistas andaluces de los eres. O del propietario de Antena 3. Se aceptan sugerencias de países que puedan acoger mi exilio voluntario. No, proclamar la independencia de Venta de Baños no me vale.

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