2020 está haciendo historia. Este año marcará un antes y un después en nuestras vidas, porque ya nada volverá a ser igual. Son tiempos difíciles para todos. Muchos hablan de una guerra silenciosa, sin disparos, sin bombas, sin trincheras… Sin precedentes y sin preaviso… En estos momentos hay cientos de familias divididas, seres queridos lejos, miles de parejas pasando una fuerte crisis de convivencia, pero también muchas personas viviendo en un aislamiento absoluto, solas y sin consuelo físico ni emocional. Quien más y quien menos debe enfrentarse a sus propios problemas y a sus carencias. Porque el coronavirus nos obliga a aislarnos, pero hay que entender que este aislamiento, aunque duro, nos brinda la posibilidad de reconectar con nosotros mismos, con nuestros objetivos y con nuestra forma de ver y vivir la vida. Esta crisis nos está permitiendo conocernos mejor y nos posibilitará satisfacer mejor nuestras necesidades y deseos de ahora en adelante. Por eso, en estos días, valoramos las pequeñas cosas, como la luz del sol, la música o la comida, que incluso nos sabe mejor. Nos permitimos pequeños lujos. Por fin dedicamos tiempo a esas actividades que llevábamos tantas semanas queriendo llevar a cabo… Buscamos otros caminos e incluso encontramos placer en los lugares más insospechados. A pesar de que la economía está sufriendo las graves consecuencias de este fenómeno, son muchos los sectores que siguen funcionando a pleno rendimiento e incluso están aumentando exponencialmente su actividad. Buen ejemplo de ello es el sector de la alimentación, los supermercados, las empresas de mensajería, las páginas de venta online y por supuesto, la línea erótica. Es lógico, ya que en tiempos de crisis, necesitamos liberar tensiones y recobrar la energía encontrando estímulos que nos mantengan activos… Es por ello que el sexo telefónico es uno de los recursos más populares, por ser una forma fácil y rápida de conectar sin interferencias con personas reales, desde casa, sin riesgos, con total discreción, y con la seguridad de que tras la llamada llegará una sensación de bienestar y satisfacción física y mental. Las llamadas eróticas suelen durar pocos minutos, pero tienen una gran intensidad. Ofrece los recursos necesarios para dar rienda suelta a nuestra fantasía y alcanzar el clímax. Los usuarios de los teléfonos eróticos suelen ser hombres de mediana edad que buscan hacer realidad sus deseos más perversos a través de charlas eróticas excitantes que se salgan de la rutina y la vida cotidiana. Hay algo de morboso y emocionante en esas llamadas, algo estimulante que seduce y hace de este servicio un básico en tiempos de cuarentena. Es importante mantenernos activos a todos los niveles y el sexo forma parte de nuestra naturaleza y es tan importante no descuidarlo, como lo es comer o hacer ejercicio físico. Por eso, ante el hastío y el aburrimiento, los clásicos como el sexo telefónico pueden alegrar a más de uno el día y poner la sal y pimienta que nos falta en el largo y aburrido confinamiento.
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