El conocimiento de las distancias a mantener cuando nos relacionamos es algo que intuitivamente percibimos en nosotros mismos y en los demás. En algunas ocasiones, nos sentimos incómodos ante la presencia de otra persona porque esta se acerca demasiado invadiendo nuestro espacio.
Esta cautela de cumplir con el distanciamiento social adecuado no es una cuestión que surge con motivo de la crisis sanitaria que vivimos, sino que es una acción a cumplir siempre en nuestras correctas relaciones sociales, también conocido con el nombre de protocolo social.
El espacio personal se refiere a la distancia entre dos cuerpos. Este distanciamiento será mayor o menor dependiendo de la relación existente entre dichos cuerpos. Por ejemplo, la distancia mínima es la mantenida en las relaciones íntimas y afectivas de amistad y familiares. La distancia personal entre amigos en conversaciones cercanas y relajadas se marca entre los cuarenta y cinco y ciento veinte centímetros. La distancia social, también considerada la más impersonal, es la que se establece en las relaciones sociales con personas desconocidas o de diferente rango social y se sitúa entre el 1,20 y 3,5 metros. Y finalmente se encuentra la distancia pública, entre los 3,5 y 7 metros, aplicable en contextos sociales como mítines o discursos.
El distanciamiento social que el Ministerio de Sanidad marca como medida de prevención frente al coronavirus es de dos metros, como mínimo. Esto es la separación que se enmarca dentro de la citada distancia social y que en estas circunstancias concretas también se debe aplicar en las distancias personales.
Estas reglas son adecuadas para nuestra cultura, la mediterránea, pero cambian dependiendo de otras diferentes.
Por todos es conocido que en China existe un gran respeto en todo lo referente al espacio y contacto personal. Por su parte, los ingleses tampoco son muy dados al contacto físico. Lo mismo podemos decir de la cultura japonesa.
En resumen, todo lo relacionado con el espacio personal tiene su aplicación en el protocolo social y se enmarca dentro del término «proxemia», es decir, el estudio del uso del espacio social en el cual interactuamos.
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