Vivimos en la era de la información. Toda la actualidad, todos nuestros mensajes, toda la comunicación se mueve ahora a través de la red de redes y de un enorme abanico de dispositivos que tenemos a mano prácticamente a lo largo de cada hora del día. Hablamos muchos de smartphones, tablets y ordenadores, pero pocas veces se mira en la parte de atrás, entre los bastidores de internet.
Y es que detrás de cada página web hay algo muy importante. Un conjunto, un entramado de software que se conoce como servidor web. Probablemente hayas oído hablar alguna vez de ellos y no sepas exactamente qué son. Pero no te preocupes, vamos a definirlos perfectamente para que sepas perfectamente qué es un server web, cómo funciona y qué es lo que hace exactamente.
Servidores web, la clave de internet Antes de entrar en materia, debemos marcar ciertas diferencias. Aunque estén muy ligados, los servidores webs no son lo mismo que un hosting. Compañías como Webempresa ofrecen ambas cosas de la mano para todo aquel que quiera montar una página web propia, para su negocio o con cualquier cometido; pero, para nada son lo mismo.
No vamos a ahondar en esa diferencia ahora, porque nos vamos a centrar en los servidores o servers web. Sin embargo, sí que te podemos hacer recomendaciones. Si quieres saber qué es un hosting, visita este enlace que te acabamos de dejar y consulta la información que ofrece. Una vez le hayas echado un vistazo y tengas claro a qué se refiere, vamos a ver exactamente qué es un servidor web y por qué es tan importante.
¿Qué es un servidor web? A diferencia de lo que se suele pensar, el servidor web no es el equipo informático en el que se alojan una web, sus direcciones de correo, sus ficheros y todo ese largo etcétera que tiene que ver con un portal online. En realidad, el web server o servidor web es el software responsable de trabajar con todo el contenido que un portal web muestra al usuario. Es el que se encarga de hacer que todo esto se muestre y el visitante lo vea.
Podemos encontrar muchos tipos de servidores web diferentes, como Nginx, IIS o el célebre Apache. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, de hecho los hay que son radicalmente diferentes a la hora de trabajar y despachar toda la información a los usuarios. Se deben escoger en base a las necesidades del portal online y, por supuesto, el grado de conocimiento del equipo que va a encargarse de la web.
Cómo funcionan los servidores web Ya sabemos qué son y qué hacen, ahora vamos con otro aspecto interesante y dedicado a aquellos que son verdaderamente curiosos. ¿Cómo funciona un servidor web? Lo primero que hay que saber para entenderlo es que recurre a un protocolo HTTP/HTTPS, este último más seguro y ya un estándar, que a su vez recurre a los protocolos de red TCP/IP.
Gracias a esto, el servidor web tiene la capacidad de mostrar contenidos de la web a diferentes navegadores de forma simultánea. No obstante, sus características determinan la velocidad con la que puede procesar cada solicitud del usuario. Y es que este software hace las veces de intermediario entre el usuario que visita el portal online en cuestión y el server, trabajando cada petición y recogiendo los archivos de este último para mostrarlos según se haya indicado en el código de la web para que lo vea todo el usuario.
Viaja de un lado a otro, aceptando las peticiones del cliente para hacer solicitudes al hardware del servidor. Eso hace que ya presente ciertas limitaciones en base precisamente al hardware del server, que influirá en su rapidez y capacidad para tratar más o menos solicitudes al mismo tiempo.
El aliado que necesitas para montar tu web Viendo lo visto, es evidente que no se puede montar ningún tipo de página web sin un hosting, y tampoco sin un servidor web. Esta capa de software es esencial para que tu página funcione, para que cada línea de código introducida se convierta en un resultado, en algo que ofrecer al usuario que entre a visitar ese portal que has desarrollado y/o diseñado.
Sin servidores web, las páginas web simplemente no podrían existir. Son una de las piezas esenciales para que las webs funcionen a día de hoy. Las otras, por supuesto, son el equipo en el que se instalan estos servidores, el que les suministra los recursos necesarios para poder tratar y abordar cada solicitud que realizan los visitantes cuando entran en la web en cuestión, y los clientes web.
Son el centro del enorme puzzle que da vida a internet, el que hace que a día de hoy tengamos tantas opciones a nuestra disposición y podamos disfrutar de experiencias tan distintas en cada web.
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