La ecografía pulmonar se configura como una técnica con una sensibilidad, especificidad y fiabilidad similar y próxima al TAC para la detección de lesiones al pulmón en pacientes con infección por SARS-CoV-2 (COVID-19), según datos expuestos en la 8ª Reunión de Ecografía Clínica de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), celebrada este miércoles de forma virtual.
Durante la reunión, que ha abordado el presente y futuro de esta técnica diagnóstica desde la perspectiva de los médicos internistas ─se usa de manera habitual en más de un centenar de Servicios de Medicina Interna a nivel nacional y su presencia se ha multiplicado por 5 en un quinquenio─, se ha hecho también un análisis de su utilización en el paciente COVID-19. Ecografía clínica en el paciente COVID-19
La pandemia por COVID-19 está suponiendo para la sociedad, el sistema sanitario y los profesionales de la salud un reto de una magnitud inimaginable hace tan sólo unos meses. “La sobrecarga asistencial, las peculiaridades de atención a pacientes con elevado potencial de transmisión de la infección, la necesidad de manejar a pacientes con sospecha en ámbitos extrahospitalarios (domicilios, residencias de mayores…) u hospitales de campaña puestos en marcha ad hoc, hace que debamos rediseñar los protocolos de actuación y buscar las formas más eficientes y seguras de manejar a los pacientes individuales y a la pandemia en su conjunto”, indica el coordinador del Grupo de Trabajo de Ecografía Clínica de SEMI, el Dr. Luis Matías Beltrán.
En este escenario, en los meses que han pasado desde el inicio de la pandemia por el COVID-19, la ecografía se ha situado como una herramienta de gran valor en el manejo de pacientes con infección por SARS-CoV-2. Por un lado, para valorar la afectación pulmonar, “la ecografía torácica presenta ventajas importantes respecto a la radiología convencional: es más sensible que la exploración física y la radiografía de tórax y, en algunos casos, que el TAC de tórax, para detectar la afectación pulmonar, sobre todo en fases iniciales, lo cual puede ayudarnos en el diagnóstico y cribaje de los pacientes”, resume el Dr. Beltrán.
Por otro lado, la ecografía “no sólo nos puede ayudar a evaluar la afectación pulmonar en pacientes con infección por SARS-CoV-2 sino que también es útil para ajustar e individualizar el tratamiento, así como para valorar otras complicaciones asociadas a esta enfermedad como son la afectación cardíaca y los eventos tromboembólicos venosos”, indica el Dr. Yale Tung, vocal de comunicación del Grupo de Ecografía Clínica de la SEMI.
Precisamente, un estudio del Dr. Yale Tung puso de manifiesto que la ecografía pulmonar en pacientes con COVID-19, detectó todos los casos de afectación pulmonar objetivada en el TAC como prueba de referencia, mientras que la radiología simple de tórax no detectaba un 70% de los casos. Cabe resaltar también que, dada la disponibilidad de ecógrafos portátiles (de bolsillo), la ecografía es aplicable en el punto de atención al paciente, sea cual sea: hospital, domicilio, puntos de realización de las PCR… Además, su pequeño tamaño y la sencillez estructural de los equipos de bolsillo hace que sea sencillo asegurar su limpieza y desinfección, evitando los contagios cruzados a otros pacientes y al personal sanitario. También presenta ventajas frente a otras pruebas. Dada la seguridad del uso de los ultrasonidos, es la técnica ideal para utilizar en poblaciones sensibles (gestantes, jóvenes y pacientes pediátricos) así como en el seguimiento de los pacientes, sobre todo en la fase de convalecencia y post-COVID-19.
El ecógrafo, el “estetoscopio del Siglo XXI” Durante la reunión, también se han abordado otros temas como: el uso de la ecografía gastrointestinal para patología urgente (apendicitis u obstrucción intestinal), la ecocardioscopia o cómo elegir ecógrafos.
Asimismo, se ha comentado que la ecografía clínica es una herramienta complementaria a la exploración física que potencia los sentidos del clínico, facilitando hacer diagnósticos a pie de cama, orientar el manejo terapéutico de un paciente o guiar procedimientos invasivos. Se puede considerar como el estetoscopio del siglo XXI. El objetivo es responder a una pregunta clínica concreta de forma rápida y a pie de cama, sin ser comparable a un estudio ecográfico reglado. Su implantación es cada vez más amplia en muchas especialidades, entre ellas medicina interna, siendo utilizada en el manejo de patologías como la disnea e insuficiencia respiratoria, el dolor abdominal agudo, la enfermedad tromboembólica venosa, la sepsis o el shock, entre otras.
Según se expuso en la 8ª Reunión de Ecografía Clínica de SEMI, la revolución de la ecografía clínica, más que en su aplicación en nuevas patologías, vendrá por quiénes, dónde y cómo se usará. La cada vez mayor disponibilidad de aparatos de bolsillo y la difusión de la capacitación de los profesionales sanitarios, hace vaticinar que la ecografía clínica se incorporará como parte de la exploración física habitual, de forma similar a lo que ocurrió con el estetoscopio en el siglo pasado.
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