Aire puro para el Coosur Betis, que necesitaba una victoria como el comer, justo la que ha logrado en la tarde de hoy ante un Urbas Fuenlabrada que no constituía sino un rival directo teórico por evitar el descenso.
Los de Joan Plaza, que se estrena en su segunda etapa en Sevilla, dieron la tercera alegría de la temporada a sus aficionados –los que siguen la ACB por la tele, obviamente, ante la imposibilidad general de asistir a las canchas-, muy pocas para lo que llevamos de campaña pero, lo más importante quizá, han dado hoy una dosis de esperanza de cara al objetivo de remontar el vuelo.
Comenzó muy fuerte el Betis, con una defensa muy parecida a la que suele demandar su entrenador, y con un colosal Ndoye, especialmente bajo el aro rival. Doce puntos para el senegalés en el primer cuarto, lo que junto a la defensa y a dos triples finales de Ouattara ponían el 27-11 (min 10).
Plaza metió entonces a su segunda unidad, incluyendo los dos últimos fichajes, Randle –ex fuenlabreño, que entró en los segundos finales del primer cuarto- y Jordan –que debutaba en su tercera etapa en Sevilla-, los Jerome. Quedaron fuera de la convocatoria Obi y Niang.
Parecía que el Fuenlabrada aprovecharía el teórico bajo nivel del fondo de armario bético, y así dos tiros libres de Emegano y un 2+1 de Eyenga daban vida a los suyos. Mas la renta bética, lejos de disminuir, iba poco a poco aumentando hasta los 20 puntos (40-20) mediado el cuarto, con una canasta de Spires.
Apagón bético tan clásico... A partir de ahí, el tradicional apagón en verdiblanco y la reacción fuenlabreña, con el ex bético Marc García como principal estilete. El escolta, con 8 puntos, lideró el parcial final de 4-19 con el que los visitantes se colocaron tan solo a cinco al descanso, resucitando así los fantasmas en San Pablo de la presente campaña.
Los verdiblancos habían dejado de jugar habitualmente con su mejor hombre, Ndoye y, pese a disponer de nuevo a su quinteto inicial, los triples lanzados a lo loco le estaban pasando mucha factura.
...como puntual esta vez Por suerte para los de Plaza, la pájara se acabó ahí, ya que en el tercer cuarto consiguieron frenar la sangría, a pesar de que Trimble, por parte del Fuenlabrada, se echó el equipo a sus espaldas con 14 puntos. Sin embargo en el Betis le dio buena réplica Ouattara, esta noche con una versión más que notable dentro de su irregularidad.
El francés, con 10 puntos en estos diez minutos, fue el líder del ataque de un Betis bastante más coral, y que logró irse al cuarto final diez arriba (71-61) gracias a una canasta postrera de costa a costa de Feldeine.
En el último período primaron la irregularidad y los nervios en ataque. Trimble siguió haciendo de las suyas hasta acabar con un total de 30 puntos, estériles porque, salvo él y Marc García, ninguno de los jugadores visitantes aportó ofensivamente gran cosa.
Por parte bética, Campbell y Ouattara dieron la puntilla con sendos triples (83-70, a 2:41); y aunque el Fuenlabrada no se rindió, la victoria se quedó definitivamente en San Pablo.
Un triunfo, el tercero en quince partidos, que le sirve a los de Plaza por una parte para respirar profundamente; y, por otra, para darse cuenta de que, aunque el equipo no anda sobrado de nada en absoluto, si trabaja como durante 35 minutos lo ha hecho hoy será mucho más fácil salvar los muebles en esta más que complicada temporada.
El Fuenlabrada, por su parte, queda con cinco victorias, sin alejarse demasiado del descenso que, precisamente, marca su rival de hoy.
86- COOSUR REAL BETIS: Campbell (7), Feldeine (11), Almazán (1), Kay (6), Ndoye (20) -cinco inicial-, Borg (7), Jordan (3), Spires (2), Randle (8) y Ouattara (21). 79- URBAS FUENLABRADA: Trimble (30), García (14), Vene (-), Eyenga (5), Alexander (5) -cinco inicial-, Emegano (8), Samar (2), Meindl (9) y Thompson (6). ÁRBITROS: Juan Carlos García, Luis Miguel Castillo y Jacobo Rial. Eliminaron por faltas personales al visitante Marc García. PARCIALES: 27-11, 17-28, 27-22 y 15-18. INCIDENCIAS: Pabellón San Pablo (Sevilla), 16ª jornada de la Liga Endesa 20-21. Encuentro celebrado a puerta cerrada debido a la pandemia de COVID-19.
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