Cuando la tercera ola está incrementando de forma preocupante las cifras de contagios a lo largo de todo el país, las medidas sanitarias de prevención siguen avanzando y dando respuesta a algunas dudas significativamente importantes.
Es el caso del uso combinado de ventilación natural y purificación del aire en espacios cerrados, en los que científicamente queda demostrada la conveniencia de instalar los dispositivos de purificación con filtro HEPA en altura frente a los que se encuentran a ras de suelo.
En este sentido los especialistas en renovación del aire, ergonomía y bienestar de Fellowes han elaborado una lista de las razones por las que es más eficiente utilizar dispositivos de pared que de suelo para higienizar el aire en espacios cerrados:
La primera de ellas es porque el comportamiento físico de los aerosoles, que son partículas con carga vírica, es quedarse suspendidos en el aire a mediana y elevada altura en estancias cerradas. Además los sistemas de calefacción desde zonas interiores favorecen aún más este hecho en invierno puesto que el aire caliente, por efectos de la convección térmica, tiende a desplazarse a zonas superiores arrastrando a los aerosoles que se encuentren a una menor altura.
Por ello la circulación de recogida de aire para su higienización a ras de suelo limita en gran medida su efectividad, algo que no ocurre con una instalación en altura.
En segundo lugar es por una cuestión de barreras físicas. En el suelo se acumula el mobiliario y otras barreras que pueden ser arquitectónicas o simplemente obstáculos como mochilas en el interior de las escuelas, por ejemplo. Esto aleja la posibilidad de una circulación del aire efectiva cuando hablamos de soluciones colocadas en el suelo frente a la instalación sobre pared. A este respecto estudios realizados con dinámica computacional de fluidos demuestran que la producción de litros de aire es menos eficaz cuando éste rebota en barreras físicas como sillas, mesas, sillones, personas, etc. Las cifras de estos estudios trasladan una pérdida de eficacia de entre el 50 y 75% frente a un dispositivo colocado en la pared.
Tercer motivo. En una situación de pandemia, y aquí viene probablemente la diferencia más importante, si colocamos en el suelo la solución para regenerar el aire arrastrará las partículas contaminantes hacia dicho dispositivo haciendo peligrar la integridad higiénica del mobiliario haciendo ineficiente la limpieza e higienización de superficies que se hacen con medios de limpieza analógicos. Esto no ocurre cuando las partículas son arrastradas hacia el dispositivo en una ubicación aérea.
Además, las personas que estén próximas a este equipo de superficie estarán más expuestas al riesgo de contagio.
Finalmente, y como cuarta de las razones, el uso en pared implica un menor gasto en recambios de filtros HEPA puesto que no recoge la suciedad a ras de suelo que, como sabemos, es cuantiosa. No sólo se ahorra de forma eficiente sino que, además, se evitan obstrucciones innecesarias.
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