El Real Madrid ha allanado su camino en Euroliga tras fulminar (97-73) este jueves al FC Barcelona en el Barclaycard Center y afianzarse así en lo alto del Grupo E del 'Top 16' después de seis jornadas, un duelo que se convirtió en fiesta local dominado de principio a fin por los blancos, quienes confirman su buen momento de cara al tramo decisivo de la temporada, con la Copa del Rey a la vuelta de la esquina.
El tercer 'clásico' de la temporada, tras la Supercopa del Madrid y el duelo de Liga Endesa hace un mes, tuvo claro color blanco. Ni el afán de revancha europea culé por las últimas derrotas, en 2013 y 2014, en semifinales de 'Final Four' ante los madridistas, ni la mayor urgencia visitante en la clasificación pudieron más que el Madrid de las grandes noches en el Palacio. Un mes después de la derrota liguera en el Palau, el Madrid confirmó la mejoría que puso entre interrogantes la derrota la pasada semana ante el Maccabi.
Los de Laso devolvieron a su eterno rival aquella sensación de inferioridad que padecieron y que este jueves sufrió en sus carnes el equipo de Xavi Pascual. Los blancos demostraron haber aprovechado el tiempo desde Navidades para buscar el encaje a sus nuevas piezas. El quinto triunfo blanco en el 'Top 16' fue fruto del hambre que provoca el eterno rival, un Barça que de nuevo fracasó lejos de casa (una victoria en las últimas nueve salidas), y del acierto coral de los blancos liderados por Rudy y el 'Chacho' (50 puntos entre los dos).
Mientras el Madrid se acerca a los 'play-offs' e incluso al factor cancha (5-1), el Barça, que parece echar seriamente de menos a su capitán Juan Carlos Navarro, se mete en problemas, con un balance 3-3, y recibe un serio aviso a dos semanas de la Copa de Las Palmas. Con las bajas de la 'Bomba' y Oleson, más un Abrines recién incorporado y que estuvo lejos de su mejor versión, no hubo hérores azulgranas, sólo un postrero Hezonja, que frenaran el ritmo frenético de un Madrid que recordó al de sus mejores actuaciones.
Sin duda, lo mejor del primer tiempo para el Barça fue irse sólo nueve puntos abajo. Pocos puntos de diferencia para las sensaciones que dejó la puesta en escena de ambos equipos. El Madrid, muy activo y atento en defensa, provocó los errores de un Barça que además se dejó el acierto en casa. Con todas sus piezas 'enchufadas', la responsabilidad en los locales recayó especialmente en Rudy Fernández y Sergio Rodríguez.
Con el mallorquín, los locales gozaron de buenas ventajas ya desde inicio (15-7) y, cuando éste dejó su sitio al canario con el primer cuarto ya terminando, el Palacio disfrutó del baloncesto. El 'Chacho', con la magia que poco a poco ha recuperado con su mejora física, comenzó pronto la fiesta con canastas y asistencias de lujo, pero los de Xavi Pascual a base de mejorar en defensa y de la vieja guardia Huertas-Tomic suavizaron el vendaval con un segundo cuarto más igualado.
Y es que en el Barça funcionaba poco. A pesar de un gran tercer cuarto de Hezonja, el cuadro culé no pudo frenar el ímpetu local, que siguió manejando una media de 10 puntos de diferencia en el marcador. El jugador croata del Barcelona, que llegaba de un 8 de 8 en triples ante el Manresa, no logró enchufar a más camisetas azulgranas. Sin acierto, sin capacidad reboteadora --faceta reservada para el récordman Reyes y un Rudy desatado--, ni contundencia defensiva, el Barça puso en bandeja la fiesta local (66-53).
Con el marcador roto, el conjunto de Pascual sufrió la euforia blanca, que no cejó en su empeño hasta el pitido final. Hezonja dio la cara por el Barça mientras que en los locales no faltó quién se animara a desatar más aún a un público entregado. El Madrid culminó un recital para recuperar el pulso a Europa tras el bache de Maccabi a costa de su eterno rival, un Barça desacertado en el escenario de la 'Final Four' que no encontró respuesta ni reacción al despligue de los de Laso.
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