Manolo decidió conducir para la Campos en Telecinco, así que a Patricia la han dejado colgadísima en esta ocasión… ‘No hay nadie al volante’. Pero nadie. Yo, iluso de mi, no sé si ojeando Twitter o algún digital me imaginé otro formato mucho mejor a mi parecer -culpa mía seguramente porque voy leyendo tan rápido la información que a veces llego a conclusiones precipitadas-, pensé algo como esto: Un ‘Homo zapping’, con imitadores, pero desde el punto de vista del backstage de los programas de televisión más populares de hoy en día. Pongo ejemplos: sketches emulando las renombradas reuniones previas de Sálvame, las conversaciones privadas de los camareros de First Dates, como ‘calienta’ Pablo en Pasapalabra antes de salir a concursar… Algo así. ¡No me digáis que podría ser divertida y diferente esta vuelta de tuerca! Pero no, te encuentras con esto otro en los que os recomiendo que no perdáis ni un solo minuto de vuestro tiempo: Un refrito al uso de los contenidos de ‘la tele de los abonados a
Telefónica’ aderezado con una ‘sitcom’, como así se han atrevido a llamar los responsables del anodino producto, liderado por Patricia Conde y otros secundarios que intentan sumergirnos en una desastrosa y ‘tronchante’ redacción de un nuevo y catastrófico ficticio programa de televisión. Vayamos por partes:
Podréis pensar que soy más papista que el papa, incluso un clásico recalcitrante, pero es oír la palabra ‘sitcom’ y hago una reverencia mental a series como ‘Friends’ o ‘7 vidas’. No es cualquier palabra, es sinónimo de series de culto y humor inteligente… Esto esta a años luz. La furgonetilla no es de tanta calidad. Pero, eso sí, estrictamente cumple con todos los elementos para ser una comedia de situación; mismos escenarios, gags de humor situacional… Sus responsables no mienten, pero qué valor.
Es un producto más de la fábrica de la televisión. No de I+D, no… de la cadena de montaje. Me explico: tengo la sensación, en mi humilde opinión, que no se ha hecho con mimo ni con perspectivas de futuro, tan solo con el objetivo de rellenar la parrilla temporalmente, por unos mesecillos, de una forma barata -no hay ni plató, los escenarios son simplemente las salas de redacción reales de #0-. Diría yo que incluso con la expectativa clara de que no lo verá nadie, ni con volante ni sin él.
Y Patri aquí no me gusta. Se le ve muy forzada, demasiado guionizada y poco fresca. Cuando mejor como presentadora: se ríe y contagia, es natural y mucho más graciosa. Desde su esencia natural.
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