Con nueva cabalgadura, ventilación mecánica incorporada, salgo de años de arresto domiciliario. Marcial se alegra, dice que vivía en mis lecturas y había interiorizado a Frodo, protagonista de libros de Tolkien, porque no salía de la aldea y era muy hogareño. Ahora podremos dar golpes de mano, volando los obstáculos que impiden el movimiento del iaerio y la tropa casqueril.
El caso es que hace unos días fui a “Las cuatro torres” a registrar unos papelillos y al salir de la estación de 9 d’Octubre me dio la impresión de estar en zona bombardeada; una concentración de obuses sin estallar clavados en el suelo me recordaron Guernica.
Había visto bolardos, pero pensaba que eran excepcionales. Imposible que el Ayuntamiento de Valencia incumpla dos leyes (la de accesibilidad al medio urbano y la de accesibilidad al transporte) y de regalo su Ordenanza. En ambas leyes se prohíbe colocar obstáculos que dificulten el desplazamiento de personas con movilidad reducida. Se establece que debe existir una banda libre peatonal de 1,50 m (que es la que ha aplicado el ayuntamiento a la hora de conceder permisos para la instalación de terrazas de cafetería en la calle). Además dice que los vados ocuparan todo el ancho del paso peatonal. De ahí se infiere que la colocación de “bolardos” en los pasos de peatones y las aceras contraviene la legislación vigente, lo cual… pues bien, si solo fuera eso. Pero la realidad es que constituyen trampas mortales. Y si no que se lo pregunten a la concejala de urbanismo que hace más de 30 años se tragó una barandilla de señalización de “rampa para Minusválidos” cuando salía del Ayuntamiento para unirse a una manifa. Estuvo un tiempo de “cascá eventual” trajinando con dos muletas. Carmen Arjona se llamaba y espero continúe llamándose.
Lo de los pasos de peatones accesibles es la historia de un imposible, cojo un recorte de prensa de 1998 y leo: “Aunque a muchas aceras se les ha habilitado rampas, estas no son accesibles, ya que presentan como un pequeño peldaño en vez de partir del suelo sin hacer escalón, en diagonal”. Y es que en las 17 españas se lee poco y de comprensión lectora (entender lo que se lee) vamos justitos. De otra manera no se explica que poniendo en DOGV
Se han diseñado, ejecutado y pagado cientos de pasos peatonales; favoreciendo un tráfico de bolardos que a saber que habrán financiado o a que paraíso fiscal ha ido el dinero del contribuyente; que paga por un uso eficiente y ajustado a derecho de los dineros que pone a disposición del Ayuntamiento cuando compra tomates o paga IBI (la contribución de toda la vida).
El caso es que esos pequeños bordillos, de la noticia de 1998, son de de 4 cms de pinto, visel visto. O lo que es lo mismo, los que deben de colocarse en los vados de entrada de vehículos. Tal y como dice la Ordenanza municipal.
Vamos que la capacidad lectora de quien ha diseñado, supervisado o visado la obra era cortita, porque en las instrucciones que venían con el embalaje de los bordillos seguro que ponía que eran para entrada de vehículos.
La ley dice que:
No se colocarán obstáculos verticales en ningún punto de la superficie de paso de peatones, excepción hecha de los elementos que se coloquen para impedir el paso de vehículos.
Estos elementos deberán ubicarse y señalizarse de forma que no constituyan un obstáculo a las personas con discapacidad.
Evidentemente el legislador, que ha establecido una banda libre peatonal de 1,5 m, permite la excepcionalidad debidamente acreditada en cada caso. Justo, mi amigo el leguleyo, dice que lo excepcional lo han convertido en norma, retorciendo la letra, el espíritu de la ley y el sentido común. Lo del paso de vehículos por los pasos de peatones es un acto que denota falta total de civismo y respeto, que debe ser combatida por toda la ciudadanía.
Razonablemente los obstáculos verticales no pueden ser unos bolardos de escasa altura y difícil visión cuando el flujo de peatones es grande. Vamos, que vas pegado a un metro del de delante a un paso normal, el que te precede se aparta, te tragas el bolardo y aumenta el censo de cascaos eventuales. Me acabo de acordar en este momento de eso de “nosecuantos heridos, cero responsables”
No creo que a quienes legislaron les siente bien que su trabajo se ignore, sin que los actuales legisladores exijan su cumplimiento, salvo que tengan asumido que su trabajo va a ser igualmente ignorado. Vamos que asuman que importa el iphone y el sueldo. Y que al fin y al cabo, mientras se dificulte la movilidad de los cascaos, menos habrá en las manifas.
Por mi parte, eché mis ratos leyendo los proyectos de leyes, decretos y órdenes que las desarrollaban, y no estoy por la labor de quedar como un idiota con todos los cascaos que soportan el pasotismo de los llamados a asegurar su desplazamiento de manera: cómoda, autónoma y segura. Lo que los cascaos que estuvimos en la comisión Generalitat – CERMI, que discutió la orden de urbanismo, aceptamos con carácter de mínimos lo que está publicado en el DOGV. Y ni eso se cumple.
Que hay que buscar responsabilidades por el dispendio en la compra e instalación de bolardos, cierto. Pero también habrá que darles utilidad cuando se retiren y a ese respecto, Perico, amputado de las dos piernas por el azúcar, dice que podían reutilizarse para separar el carril bici del tráfico en la ronda interior. Por cierto, la anchura mínima de un coche es de 1,60 m, de ahí que la banda libre peatonal se fijara en 1,50. Ahora bien, si lo que se quiere es favorecer a la metalurgia… pues se pueden juntar bolardos para que no pasen ni los patinetes, que también son vehículos.
Lo que no puedo asegurar es que el despacho de la consellera que lleva lo de urbanismo tenga vistas a la parada del metro, igual da al cauce del Turia, volviendo la espalda a una infracción como la copa de un pino. Bolardo voy, bolardo vengo, por el camino….
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