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Ficha técnica
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94- España: Llull (5), Ribas (9), Rudy Fernández (14), Pau Gasol (8) y Mirotic (9) -quinteto inicial- Sergio Rodríguez (7), Hernangómez (12), Reyes (10), Claver (2), San Emeterio (10), Vives (-) y Pablo Aguilar (8).
63 – Macedonia Kostoski (-), Vojdan Stojanovski (8), Damjan Stojanovski (7), Trajkovski (11) y Samardjiski (10) -cinco inicial-, Ilievski (5), Simonovski (7), Gjuroski (3), Hendrix (12) y Sokolov (-).
Parciales: 28-12; 24-14; 17-22; 25-15.
Árbitros: Vicente Bultó, Anna Cardús y Francisco Araña. Sin eliminados.
Incidencias: Quinto partido amistoso de preparación para el Europeo de la selección española, disputado en el Pabellón Madrid Arena de Madrid ante unos 10.000 espectadores. El rey Felipe VI asistió al encuentro. En el descanso, la Asociación de Baloncestistas Profesionales homenajeó a Oriol Junyent, Roger Grimau y Javi Rodríguez, retirados al final de la pasada temporada.
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España obsequió a Madrid con su mejor encuentro de su ruta de amistosos preparatorios para el Eurobasket. Sólo necesitó de su primer cuarto para sentenciar a Macedonia, y firmar su quinto triunfo tras deshacerse de forma consecutiva de Bélgica (67-64), Polonia (71-64), Senegal (96-49) y Venezuela (82-80). En ese primer cuarto se mezcló su fortaleza defensiva con una máxima perfección anotadora. El nexo de unió estuvo en un baloncesto veloz y de pases tan precisos como continuados. España fue esa España que debe ser en el Europeo.
El comienzo no fue muy prometedor. Macedonia se marcó un parcial de 2-7 de salida y España parecía estar espesa, sin saber cómo enceder su maquinaria. Lo hizo con esa fórmula de éxito cultivada en el Real Madrid: defensa férrea con múltiples ayudas, transiciones veloces, constante movimiento sin balón (abriendo cancha) y caudal tirador, a lo que se sumó su sobresaliente acierto. España pasó de ese 2-7 a un 14-7 para cerrar el parcial con un 24-9. En resumen: 22-0 de parcial en un visto y no visto. Macedonia se rindió ante el poderío de España. Defensivamente, España no permitió nada a los macedonios. Ni siquiera una mínima concesión de amistoso. Y ofensivamente, España mostró músculo. Esto alimenta esperanzas y deleita al público de Madrid, muy acostumbrado al espectáculo del Real Madrid.
Además de esa receta mágica comentada, Scariolo pareció entrenar al Real Madrid en lugar de a España. A excepción de Ribas y Gasol, amo y señor de la zona, el resto de jugadores que marcaron ese baloncesto de campanillas fueron los representantes del Real Madrid. Parece que siguen en buena síntonia. Junto a Gasol coincidieron en pista el resto de madridista. Luego se unió un combativo Willy Hernángomez (estuvo a una gran altura, y acabó con 12 puntos; Rudy, con 14, fue el máximo anotador). Entre todos firmaron un cuarto de baloncesto sobresaliente. Los datos refrendan esta visión: 40 a 7 de valoración y España con 75 por ciento en tiros de dos y en triples, y sin error en el tiro libre. Y los puntos, muy repartidos. Otra señal de que hay equipo formado.
Queda la incógnita en saber qué hubiera sucedido si enfrente hubiera estado otro adversario distinto a Macedonia. O si Macedonia hubiera estado más motivada. Bien es cierto que los macedonios cuentan con jugadores con sobrada experiencia como Ilievski o Hendrix, aunque no es el grupo notable de hace unos años. En todo caso, díficil contestación. Máxime cuando España estaba en modo baloncesto ofensivo (52 puntos al descanso) y cómo queriendo demostrar que lo sucedido ante Venezuela se trató de un simple accidente sin más historia. Porque su segundo cuarto, dando entrada al resto de jugadores, prosiguió en la misma tónica: gran defensa, rápidas transiciones, rápidos movimientos de balón y cascada de puntos, uno tras otro. Y aquí daba igual que Macedonia se esforzara en defender. España anotaba cuándo y cómo quería. Estaban en su salsa. Al descanso: 56-26. Y sólo faltaba Vives y Aguilar (jugó de cuatro y aprovechó sus minutos) por mostrarse en Madrid.
Lo hicieron en la segunda parte, donde España rebajó sus prestaciones y vivió de sus rentas. Hubo más relajación. No le quita mérito en absoluto a su buena tarde de baloncesto, donde escribió su victoria más contundente en toda su preparación. No en cuanto a puntos, sino en cuanto a baloncesto. Aún existe más margen de mejoría como pulir defectos vistos como cuando el rival te exige o cierra vías directas a canasta y no hay tanta fluidez (Macedonia ganó el tercer cuarto: 17-22), sucedido en la segunda parte e incluir en las rotaciones a los menos jugadores usados, no deben existir muchas dependencias. Todavía hay tiempo para progresar, tanto en baloncesto como en lo físico, hasta el estreno oficial contra Serbia, pero España ya se encuentra en el buen camino de adquirir el estado de forma idóneo para afrontar un campeonato donde colgarse otra presea de oro y adquirir el pasaporte directo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
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