En el término municipal de Almassora (Castellón), en las proximidades de un famoso ermitorio, viven dos hermanas, cuya vocación y dedicación a la música es innegable y remota. Nada más entrar en su casa, se respira el reposo de pentagramas mudos, repletos de notas, listos para ser interpretados por las privilegiadas voces de Rosanna y Gisela Morales Navarro, fundadoras, solistas, managers y factotum de un grupo musical poco habitual en nuestro pentágono peninsular: ‘Veus de Cambra’ (Voces de Cámara). ‘Veus de Cambra’ excava, como si de arqueólogos se tratase, en el pasado musical para recuperar la obra de compositores y músicos autóctonos de otras épocas (Barroco, Neoclásico, Renacimiento...), injustamente olvidada. Fruto de su esfuerzo, en 2007 grabaron el cedé "Homenaje a Joseph Pradas", dedicado a este compositor castellonense, Villahermosa del Río (1689-1757), y recientemente han terminado la grabación de otro cedé, dedicado a Francisco Morera, discípulo del anterior. Sobre la trayectoria de ‘Veus de Cambra’, su presente y sus proyectos de futuro, charlamos un buen rato con Rosanna y Gisela o con Gisela y Rosanna, porque sus voces se entremezclan, matizan o corroboran en la entrevista, mientras a nuestra espalda el río Mijares fluía, mudo y reposado como el pentagrama del que hablábamos al principio, camino del Mediterráneo.
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Rosanna y Gisela Morales, "Veus de Cambra".
| Herme Cerezo / SIGLO XXI
¿Sois cantantes desde siempre?
Sin duda, porque de pequeñas la profesora de infantil ya nos ponía sobre la mesa para que cantásemos canciones a los otros niños. Luego, en EGB, nuestro maestro Pedro Guzmán nos fue adentrando en este maravilloso mundo, preparándonos a ratos perdidos para examinarnos como alumnas libres de solfeo en el Conservatorio. Fue entonces cuando comenzamos a cantar piezas de Bach y de Haendel. Lo cierto es que cuando acudíamos a fiestas con nuestros amigos o a campamentos de verano, percibíamos que la gente se emocionaba al oírnos cantar. Y eso nos llenaba de satisfacción. Siempre hubo "feedback" entre nosotras y nuestros oyentes.
Sin embargo, vuestra actividad musical se inició, a través de los instrumentos, en la banda Unión Musical La Lira de Vila-real: Gisela tocaba el clarinete y Rosanna la flauta travesera, ¿qué recuerdos guardáis de vuestro paso por la banda?
Muy buenos. Cuando ingresamos en La Lira sólo éramos tres chicas, muy jóvenes, y nos trataban con mucho cariño. Se comportaban como si fueran nuestros hermanos mayores o nuestros padres. En la banda aprendimos a comprender y respetar el trabajo de esas personas que ponen todo su empeño en "hacer música para los demás", desde una perspectiva popular y tradicional.
Y un buen día decidisteis pasar definitivamente al canto, ¿a qué edad ocurrió eso?
Fue alrededor de los dieciocho años. Tuvimos que esperar a tener la voz ya formada para empezar las clases de canto con mayor profundidad. Nuestro profesor de solfeo, Enrique Gimeno, nos envió a estudiar con Carmen Martínez Lluna, catedrática de Canto del Conservatorio de Valencia, quien nos hizo una prueba y nos aceptó como alumnas. Cuando se jubiló, compaginamos las clases de canto con profesores del Conservatorio de Valencia y del Liceo de Barcelona.
¿Cuál fue la reacción de vuestra familia ante vuestras inquietudes musicales?
En nuestra familia no hay tradición musical. Nuestro apoyo procedía mayoritariamente de los profesores, que insistían en encauzar nuestra predisposición hacia la música hasta tal punto que hoy en día no podríamos vivir sin ella. Nuestros maridos y nuestros hijos, nos han conocido siempre así: estudiando, cantando, ensayando o tocando y saben que cuando más fiestas o vacaciones hay, más ocupadas andamos en lo nuestro. Son muy pacientes con nosotras y, además, críticos fieles con nuestro trabajo.
¿Cuándo comenzó sus actividades ‘Veus de Cambra’?
El primer concierto de ‘Veus de Cambra’ fue en 2002. Gisela y yo estudiábamos canto y pensamos que con la potencia de voz que ya disponíamos, podríamos organizar no un gran coro, con mucha gente, sino un grupo más reducido, de voces de cámara, un modelo musical que en Inglaterra, por ejemplo, es muy frecuente pero no aquí en España.
¿Cuáles son los objetivos que se fija ‘Veus de Cambra’?
Hacemos una producción de búsqueda y estudio para recuperar compositores de nuestra tierra. Así descubrimos a Joseph Pradas, de quien ya habíamos interpretado piezas pero nadie le había dedicado un cedé monográfico. Este hombre, que tiene una producción extensísima y que ya había sido cantado en el extranjero, en España era un perfecto desconocido. Algún grupo catalán lo incluía esporádicamente en su repertorio pero poco más.
¿Preferís algún tipo de música en concreto?
No, no, desde el principio quedó claro que no nos encasillaríamos en un solo estilo de música. Decidimos hacer lo que nos apeteciera o lo que los aficionados nos pidieran porque, además, así es mucho más enriquecedor. Hemos hecho hasta un concierto didáctico, que comenzaba con canto gregoriano y acababa con Piazzola, deteniéndonos en cada pieza, como si fueran estaciones, para explicarle al público lo que iban a escuchar a continuación.
Además del compositor "del año", por llamarlo así, ¿’Veus de Cambra’ tiene un repertorio propio?
Sí, sí, también hacemos cosas, como dice Gisela, "más amables", que integran nuestro repertorio y que, por nuestros estudios, todos los miembros del grupo conocemos y no precisan tanto trabajo, como por ejemplo zarzuela, coros de ópera, alguna romanza o algún aria. Ten en cuenta que preparar un cedé, entre ensayos y grabaciones, nos ocupa casi un año y necesitamos también cambiar de registro, dar conciertos que "nos refresquen" como grupo.
¿Cuántos componentes integran ‘Veus de Cambra’?
Actualmente somos doce y el director, que desde hace tres años es fijo, porque queríamos saber qué jugo podría extraerle a ‘Veus de Cambra’ una misma persona en un periodo de tiempo prolongado. Anteriormente, sin embargo, en función de la partitura que queríamos interpretar, buscábamos un director que pudiera aportarnos cosas específicas o repetíamos las mismas piezas bajo batutas distintas, lo que constituye una experiencia musical muy rica.
¿La plantilla es fija?
No, no, en ‘Veus de Cambra’ las voces cambian. Hay gente que lleva muchos años con nosotras, pero aguantar en un grupo cómo el nuestro requiere dedicación, tiempo y esfuerzo. De todos modos, tratamos que exista una estabilidad porque a la hora de ensayar, del empaste, de la afinación es muy importante que nos conozcamos bien. Un simple gesto es comprendido por los demás componentes y esa complicidad es lo que hace que podamos lograr cotas importantes. Tanto es así que hemos llegado a dar conciertos sin director.
¿De qué vive ‘Veus de Cambra’? ¿Sois cantantes profesionales?
La mitad del grupo sí vive de la música, son personas de Castellón, de Valencia, pero nosotras dos no. Hacemos doble vida y vivimos de nuestro trabajo, vinculado con la docencia.
Pero ¿no contáis con ningún tipo de apoyo?
A nosotras nos ayuda mucho la Diputación Provincial de Castellón y el Ayuntamiento de Vila-real. Comenzamos de la nada. Mi hermana y yo nos presentamos allí un buen día y les dijimos que queríamos organizar un grupo de canto, que necesitábamos un piano, once trajes para actuar y un local para ensayar. Creyeron en nuestro proyecto y aquí estamos.
¿Tampoco dais conciertos para recaudar fondos para el grupo?
No, no, ‘Veus de Cambra’ no es un grupo de "bolos", es decir, un grupo donde seis u ocho cantantes se juntan, ensayan cuatro veces, dan un concierto, queda bien, cobran y se acabó. No. Lo nuestro no es eso. Lo nuestro es el estudio y el trabajo continuado.
¿Resulta muy caro contratar a ‘Veus de Cambra’?
Desde el principio fijamos un caché mínimo, para evitar compromisos. Este caché se encarece, lógicamente, si tenemos que llevar músicos de acompañamiento y efectuar desplazamientos largos.
¿Cuántos días ensayáis a la semana?
Un día, durante dos horas muy intensas, sin pausas, aunque si tenemos mucha carga de conciertos podemos ensayar más. Pero lo cierto es que en un grupo como el nuestro, la metodología de ensayos tiene un ritmo diferente. El grueso del trabajo lo desarrollamos en casa. Allí estudiamos la partitura individualmente y le ponemos la voz. El director no tiene que leernos la partitura, su labor consiste en pulir y matizar.
¿En qué sitios habéis actuado?
El año pasado cantamos las obras de Pradas en la iglesia de Santo Tomás de Verona, donde Mozart hizo sus pinitos de joven. También hemos actuado en Cantabria, en Torrevieja y en muchos otros sitios. Estamos muy interesadas en darnos a conocer por la geografía de la Comunidad Valenciana. En Valencia hemos actuado alguna vez, pero nos gustaría hacerlo más a menudo, aunque resulta difícil porque allí no quedan demasiados huecos libres. Por ejemplo, el concierto con las obras de Pradas que teníamos previsto, finalmente no se llevó a efecto.
¿Cuál es el tipo de auditorio que mejor se adecua a vuestras características?
Sin lugar a dudas donde mejor sonamos es en las iglesias. En realidad, depende del tipo de música que interpretemos, pero nuestro repertorio contiene mucha música sacra y los templos son un buen marco. Próximamente actuaremos en una sala pequeña del castillo de Peñíscola. Primero leeremos una ponencia sobre Francisco Morera y después cantaremos. Con esta actuación cerramos el ciclo sobre Morera.
Como les contaba al principio, en 2007 ‘Veus de Cambra’ grabó un cedé con obras de Joseph Pradas (Misa Ut, re, mi, fa, sol, la (1736); Misa en Sol Mayor (1747); Ferte Palmas, lauros et coronas (1738); Vicentius nec tenebrosis carceris angustiis (1741); Laudate Dominum omnes gentes; ‘Miserere mei deus’; ‘Magnificat’; Al templo Inmortal del Sol de Justicia (1722) y ‘Dos Serafines Amantes’ (1755)). La mayoría de ellas corresponden a las etapas de Castellón (1717-1728) y Valencia (1728-1757), donde dispuso de mayores medios técnicos para dar rienda suelta a su impulso creador. Las partituras de Pradas, considerado como uno de los mayores compositores de Miserere (entre 23 y 25, según catalogaciones) y de villancicos (entorno a los 400), se conservan en la Catedral de Valencia, en la de Segorbe y en El Escorial de Madrid.
Hablemos un poco del cedé de Joseph Pradas, ¿por qué escogisteis a este compositor?
‘Veus de Cambra’ es un proyecto nuestro. Y creemos en él. Llevamos ocho años de alegrías y unos pocos sinsabores. El mundo de la música no es fácil, pero hay gente de la Comunidad Valenciana que acude a escucharnos adrede a los lugares donde actuamos. Y eso nos llena de gozo. La idea de escoger a Pradas fue de mi hermana y mía, impulsando nuestro proyecto ‘Els Nostres Compositors’ (Nuestros Compositores) y aprovechando el 250 aniversario de su fallecimiento. El suyo es un cedé al que le tenemos mucho cariño, especialmente la última pieza, "Dos serafines amantes", una partitura muy curiosa, primero por su título, y segundo porque lleva un recitativo a dos voces, cosa poco usual. Tampoco podemos olvidar su letra, que llama mucho la atención.
En la época de Pradas, la Iglesia era un importantísimo motor musical, ¿no?
Claro. La Iglesia utilizaba la música para evangelizar. Por eso reglamentaban tanto las composiciones y la música tenía que acompañarse con órgano que, además, era la herramienta fundamental para componer. Una de la genialidades de Pradas fue que, en sus tiempos de Maestro de Capilla en Valencia, introdujo las trompas y los oboes como acompañamiento, algo impensable en la época. Morera, su discípulo, continuó esta línea.
Pronto aparecerá el cedé sobre Morera ¿no?
Morera tiene una producción tan amplia como la de Pradas y era más conocido por aquí que su propio maestro. Pero Morera es más neoclásico, no es tan barroco. El cedé ya está grabado y creemos que aparecerá durante el próximo mes de octubre. Contiene un ‘Requiem’ completo y un "Beatus vir".
Por cierto, ¿dónde realizáis la grabación de vuestros cedés?
En una iglesia barroca que hay en Borriol, un templo que no se utiliza mucho, pequeño y con una sonoridad muy buena. Además está lejos de las carreteras y el ruido de los automóviles no dificulta nuestro trabajo. El de Pradas también lo grabamos allí.
¿Invertís mucho tiempo para grabar un cedé?
Tres días, con sesiones de 6 a 8 horas. Cuando vamos a grabar lo tenemos todo muy ultimado, estudiado, ya dominamos las piezas que vamos a incluir. En el cedé de Pradas primero grabamos y luego dimos los conciertos. Con el de Francisco Morera hemos invertido los términos: primero hemos hecho los conciertos y después la grabación. Y creemos que esta segunda fórmula es mejor que la primera, porque llevamos las obras más dominadas.
¿Qué actividades tenéis previstas desarrollar próximamente?
Bueno para el próximo año pondremos en escena un Concierto de Humor, algo que ya hacen otros grupos y que consiste en hacer todos los sonidos con nuestras voces, al estilo de ‘Les Luthiers’. Son sonidos que provocan la risa del público. Con relación a la exposición de ‘La luz de las imágenes’, estamos trabajando en un proyecto que una los cuadros con partituras de los músicos de la época de las pinturas. Sería la versión musicada de esta exposición. Además, entre Gisela y Enric Bouché han trabajado la historia de Jaime I. Es una obra de teatro "al carrer" (en la calle), con música compuesta por Rafael Beltrán. Se estrenará en Vila-real en febrero del próximo año, con la idea de llevarlo a otras ciudades de la Comunidad Valenciana y de grabar otro cedé. Es un proyecto muy ambicioso y, juntamente, con ‘Veus de Cambra’ también intervendrán grupos de danza y teatro.
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