Siguiendo lo dispuesto en el Reglamento del Congreso de los Diputados en su Título Preliminar, “De las Sesión constitutiva del Congreso”, ha tenido lugar la Sesión Constitutiva del mismo. Y, según lo establecido (art. 3.2), una vez abierta la Sesión, se ha procedido a “la elección de la Mesa del Congreso, de acuerdo con lo previsto” (Art. 37).
Para saber qué es La Mesa y la importancia que tiene, conviene añadir que, según el mismo Reglamento, “La Mesa del Congreso es el órgano rector de la Cámara y ostenta la representación colegiada de ésta en los actos a que asista (Art.30.1),”, que “...estará compuesta por un Presidente del Congreso, cuatro Vicepresidentes y cuatro Secretarios (Art. 30.2)” Y que tiene como misiones las, amplísimas, que se marcan en el artículo 31.1.
Tras las Elecciones Generales del 20-D y la situación política generada, era importante lo que ocurriera en la elección de los nueve miembros de La Mesa del Congreso, básicamente por dos motivos:
Uno, incuestionable, claro y con dos hechos a tener en cuenta: La capacidad que otorga a los grupos políticos tener representantes en La Mesa y participar en sus decisiones. Y el número de miembros que cada partido tenga en la misma, ya que está estipulado que “los acuerdos (de todos los órganos del Congreso), para ser válidos, deberán ser aprobados por la mayoría simple de los miembros presentes del órgano correspondiente…” (Art. 79.1).
Y otro, menos claro y debatible, que va en conexión con la peculiar situación política que ha producido el resultado de las urnas y con la necesidad de, con esos resultados, formar Gobierno.
Este motivo es el que ha generado todo el conjunto de estrategias y movimientos que se han estado produciendo en los partidos políticos en estos días, unas veces conocidos y hechos públicos, otras interesadamente filtrados a unos pocos con intenciones varias, y a veces ocultos con hermetismo total o disimulados bajo velos más o menos transparentes.
Se ha llegado así una especie de “juegos de mesa” entre políticos en la que todo (movimiento, reunión, declaración, filtración…) es útil a la hora de jugar y enredar, de forma activa, incitando jugadas, esperando lances o estableciendo cualquier suerte de alianzas.
En estos “juegos de mesa” todo obedece a un porqué y nada, o casi nada, es producto de la casualidad. Como ejemplos de hoy mismo pueden citarse, además de los conocidos y vistos que ya constan en el Diario de Sesiones y en los medios de comunicación, otros algo más sibilinos. Detengámonos en:
- La “actuación formal” de uno de los jugadores, que, de mañana, se adelantaba a lo que iba a ocurrir en el Congreso con una maniobra pulcra y realmente admirable: El PSOE, echando mano del bueno del Padre Ángel, que “pertenece a un partido superior, que es el partido de los pobres” y “tiene por ideología el Evangelio”, presentaba al Presidente de Extremadura en un foro político para algo más que interesar la avidez de los que estudian y husmean maniobras. El Presidente extremeño, Fernández Vara, aprovechó la ocasión para mejorar la situación de su partido en el juego (también para situarse él) y ampliar expectativas con declaraciones consistentes: “Estas elecciones han sido como han sido porque en España ha vuelto la pobreza“, “Se habla de romper el bipartidismo, pero ha salido un bipartidismo más complejo que no resuelve el problema”, “Le decía a Pedro Sánchez que es importante la centralidad, que no tiene que ver con la ideología y es una actitud ante la vida”, “El PSOE es un proyecto de izquierdas que quiere liderar un proyecto de igualdad”, “Hay un proyecto común que no es Extremadura, es España”, “No se trata de reformar la Constitución, hay que corregir algunos errores”, “Habrá que negociar ya la financiación autonómica… a cara de perro”, “Como entremos en dinámicas de antagonismos, es imposible llegar a acuerdos”, “Para financiar educación y sanidad, (hay que saber) cuánto cuesta el servicio”, “La fraternidad es lo primero (en Francia), la libertad y la igualdad van detrás”.
- La intrepidez de Podemos, otro de los jugadores, que, nuevo en el Parlamento, aprovechó las circunstancias con una serie de actuaciones que van desde acudir en bicicleta al Congreso alguno de sus miembros hasta el hecho puntual de que una de sus diputadas, Carolina Bescansa, fuera a votar con su bebé en brazos, pasando por la retahíla encadenada de titulares que un miembro destacado (Juan Carlos Monedero) sembraba entre la prensa: “Yo soy un profesor de Universidad que se da por satisfecho porque aquí hay muchos alumnos”, “Las bolas de cristal (para prevenir el fututo) están desajustadas. Estamos en una obra de teatro en la que (nos) han cambiado el guion a los autores”, “Los demás balbucean para ganar tiempo”, “Me da vergüenza que Pedro Sánchez haga lo que hace, es un viejo político joven”
- Los “pantallazos” tras las elecciones de La Mesa de los líderes de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos: Rajoy, por una vez en pantallazo tras 4 años de ausencia, proponiendo una Legislatura larga que permita pactar para hacer reformas y seguir con la recuperación económica. Pedro Sánchez y Albert Rivera exhibiendo un “ten contén” los dos, el primero con C´s y Podemos y el Segundo con el PP y PSOE. Y Pablo Iglesias, iracundo como suele y más excitado que otras veces, dolido por lo que tenía trazas de derrota y exhibiendo un afán de enfrentamiento con el PSOE.
- Y el discurso del nuevo presidente del Congreso, Patxi López. En 1.049 palabras, el nuevo presidente también hizo su aportación (al juego): “… la discrepancia y la crítica, pero también el diálogo y el acuerdo, son los elementos fundamentales de la vida política en democracia. Y eso es lo que nos va a corresponder desarrollar y ejercer aquí”. “Y juntos ahora, como hicimos en otras ocasiones importantes de nuestro pasado reciente, debemos saber gestionar las discrepancias y buscar, en todas las ocasiones que sea posible, más lo que nos une que lo que nos separa”, “…también tenemos viejos problemas que resurgen con especial crueldad, como la desigualdad insoportable entre los que tienen mucho y los que no tienen nada, o casi nada. Y nos corresponde a todos y a todas los que estamos aquí, poner en marcha las necesarias reformas políticas e institucionales para enfrentarnos a estos problemas y dar respuesta a lo que, de verdad, esperan de nosotros los ciudadanos y ciudadanas de este país.
Una vez percibidos los “juegos de mesa” citados (y algunos más) y constatado cómo ha quedado La Mesa del Congreso, parece útil aplicarse en las expectativas que existen en la definitiva “mesa de juegos” que resulte.
Lo que se ha hecho hoy es importante, pero también es importante, parece que más, la formación del nuevo Gobierno, la definición de los Grupos Parlamentarios (algunos constituidos y otros no), su postura en la Cámara. Y los resultados.
Unos resultados que han motivado la acción de los actores en sus juegos, que tienen su origen en lo hecho, que dependen de cómo se actúe a partir de ahora, y que son la base del futuro político que depende de esta XI Legislatura que se inicia.
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