Una gran jugadora cuelga la pala, deja las pistas y la competición profesional. Una jugadora que ha sido imagen para muchas, más allá de compartir apellido con el nº1 actual del pádel, Ale Galán. Su hermana Alba, esa jugadora diferente, anárquica, competitiva, entregada. Una jugadora que se labró su propio camino y que marcó una pequeña evolución en las jugadoras de revés por su altura y envergadura, una ''compitrueno'' junto a Mari Carmen Villalba, su gran amiga, pero también junto a otros nombres propios de este deporte como Martita Ortega, Teresa Navarro, Bárbara Las Heras o Victoria Iglesias.
Este año, el de su despedida (algo que ya anunció hace tiempo pero ahora ha querido oficializar totalmente), se juntaba con Ali Alegre, pero no terminaba de rendir como ella quería debido a las lesiones tanto de una como otra. Quizá ese ha sido su hándicap principal, las lesiones, especialmente la de espalda, que le ha traído por el camino de la amargura en los últimos tiempos pero que no le ha impedido dejarlo todo en cada entrenamiento, logrando siempre una sintonía y un ambiente excelente a su alrededor.
Eso le permitía no solo ser compañera o rival, sino también amiga, porque Alba Galán destilaba energía, optimismo y positividad, contagiando una sonrisa a los que compartían con ella entrenamientos, torneos o viajes tanto en su etapa de mejores resultados (en la que llegó a estar dentro del top 10 del ranking y disputar el Master Final) como ahora que se encuentra en las rondas previas.
Como decimos, una jugadora diferente que traspasaba la mera competición y que ahora encara un futuro dedicado al pádel pero desde otro ámbito, con su escuela de profesionales, proyecto en el que le deseamos mucha suerte.
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