Serrat, el cantante catalán, dijo el pasado año que dejaba los escenarios a finales de este 2022, pero antes iba a cantar para despedirse personalmente de los que le han seguido en los 57 años que lleva en la profesión, comenzó esta gira de setenta y cuatro conciertos el 27 de abril en el Beacon Theatre de Nueva York, y martes, jueves y viernes de esta semana lo hará en el Palau Sant Jordi de Barcelona, su ciudad. La ciudad que le vio nacer el 27 de diciembre de 1943 cuatro días después de su despedida soplará las 79 velas de su aniversario.
El cantante creció en la oscuridad de la posguerra española, lo hizo en un barrio pobre, gris, donde no se comía pan cuando se tenía hambre, el Poble Sec, en la calle Poeta Cabanyes 95.
INFANCIA Y ESTUDIOS
La madre del cantante, Ángeles Teresa, llegó de Belchite, un pueblo de Aragón, trabajaba en casa, cosía confección y Joan Manuel, llamado Juanito en familia, ayudaba a su madre por lo que sabe coser botones y los bajos de un pantalón, su padre, Josep Serrat, anarquista, estaba afiliado a la CNT. Desde niño vivió la represión del régimen totalitario imperante en España y estaba al corriente que su familia, abuelos y tíos, habían sido fusilados por el torturador ejército fascista.
A los doce años se matricula en la Universidad Laboral Francisco Franco de Tarragona estudiando Bachillerato Laboral Superior y se especializa en “Industria Minera” como tornero fresador. En alguno de sus veranos hace de sexador de pollos.
EL REGALO DE SU PADRE: UNA GUITARRA
Su padre, a los 16 años, le regala una guitarra, su madre no lo aprueba, aunque Josep Serrat, le comenta: “Deja al chico, él sabe lo que quiere”, el cantante ya escribe sus primeras canciones, “Una guitarra”, “Ella em deixa “La mort de l’avi”, “El Mocador”,“Ara que tinc vint anys”, “Quan arriba el fred”, “El Drapaire”.
Cuando Serrat empieza a ser conocido, compra una casa para sus padres, a su madre siempre la llamé Doña Ángeles, mujer con personalidad, cuando le preguntabas por Serrat aseguraba: “Hija, no sé nada él, ni si está por aquí”
Salvador Escamilla, hombre de radio divulgador de la cançó catalana en su programa Radioscope, acoge al primerizo Joan Manuel Serrat, tiene sus primeros éxitos en los Estudios Toreski de Radio Barcelona, desde allí Escamilla le da la mano para grabar en la discográfica Edigsa, que sólo edita discos en catalán, y en la que entra como componente de “Els Setze Jutges”, es el número trece.
Aquellos míticos “Setze Jutges” eran un grupo de cantantes catalanes inspirados, generalmente, en la canción francesa, en gente como Jacques Brel, Brassens o Leo Ferré, entre otros. Los entendidos dicen que Serrat es el Charles Aznavour catalán.
Maribel, una amiga de mi pueblo, Castellar del Vallés, decidimos ser periodistas, y con la inconsciencia de la juventud y sin saber nada de esta profesión decidimos entrevistar a Serrat para el semanario local “La Forja”, ya desparecido. Llamamos al programa Radioscope, hablamos con Salvador Escamilla que nos invitó a acudir al programa. Fue emocionante, Escamilla era cordial, hablador y un buen comunicador. Entrevistamos a Serrat, fue mi primera entrevista de las muchas que luego haría al largo de mi carrera como periodista. Regresamos a casa con la estima por los cielos, tanto que llamamos al cantante “nuestro Joan Manuel”. En nuestra inconsciencia firmamos la entrevista tan sólo con nuestros nombres, nada de apellidos. Nos sentíamos muy Fallaci. A partir de aquel momento puse todo mi empeño en seguir adelante para conseguir ser periodista. Trabajaba de día, estudiaba de noche, Maribel lo dejó para ser una gran empresaria que desarrolló su carrera en América.
Empecé a ser corresponsal de mi pueblo para el diario “El Correo Catalán” (desaparecido en 1984/85), y fue en los pueblos de esta comarca del Vallès donde entrevisté a Serrat más veces, le traté en sus buenos momentos y en los malos y nunca me cerró la puerta de sus camerinos, en Sabadell, en Terrassa, en Matadepera, en distintos teatros, cuando iba bien el concierto lo decía, y cuando iba mal o a él no le gustaba también lo comentaba.
VETO Y EXILIO
El cantante empezó a escribir canciones y a cantarlas en castellano, una de ellas, “El Titiritero”, compitió con el “La La La” para ir a Eurovisión, eligieron la segunda, escrita por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, dos barceloneses que aún triunfan cantando como el popular Dúo Dinámico.
Joan Manuel Serrat grabó “La, La, La” y la promocionó por Europa, sus seguidores catalanes y gente allegada al grupo “Els Setze Jutges” le mostraron su disconformidad por cantar en castellano, Serrat tenía respuesta: “Mi madre es aragonesa”. Ante el revuelo, Serrat decide escribir una carta a TVE diciendo que no va a Eurovisión si no canta en catalán, su representante en aquellos momentos, José María Lasso de la Vega, tenía un plan, negociar con Televisión que Serrat cantara las estrofas en catalán y el resto en castellano, TVE, no traga, a Eurovisión va Massiel, y gana.
Serrat, a causa de no querer cantar en castellano en el festival de Eurovisión de 1968, estuvo vetado hasta el 1974, las emisoras no ponían sus discos, ni tampoco aparecía en Televisión española, la única que había en aquellos momentos. Cuando en 1974 le levantan el veto graba un programa especial para TVE, “A su aire”, dirigido por Lluís María Güell. El programa se graba en el teatro de la Aliança del Poble Nou, en esta grabación estoy en primera fila, ya no soy corresponsal de “El Correo Catalán”, trabajo como Auxiliar de Redacción, una especie de becaria con un sueldo muy precario.
Serrat interpreta canciones en catalán y castellano, “Cançó de matinada”, “Me’n vaig a peu”, “Paraules d’amor”, “Les sabates”, ha dedicado un L.P. a Antonio Machado y otro al poeta de Orihuela Miguel Hernández, “Para la Libertad”, con “Nanas de la cebolla” entre otros poemas del desaparecido poeta valenciano.
Las canciones “Fiesta” y “Muchacha típica”, son censuradas en España mientras en Latinoamérica se pueden escuchar en versión original. En el tema “Fiesta” el original decía “la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal” y eso no sentó bien entre los encargados de vigilar la moral de aquellos momentos en que el poder en España lo detentaba un dictador. También “Conillet de vellut”, la canción en la que Serrat da su número privado de teléfono (203 82 82) y habla del amor a tres personas, sufre de las tijeras de los que mandan en España.
El cantante publica una de sus mejores canciones, le ha dado éxitos en todo el mundo, la escribe en 1970 en el Hotel Batlle de Calella de Palafrugell, Costa Brava, Hondarribia (Guipúzcoa) y Cala D’or (Mallorca), se trata de “Mediterráneo”, en la portada del disco, Serrat exhibe toda su belleza, la tiene aún, con su pelo negro al viento, sus características pecas y las olas que le corean. Esta canción, no sólo se la escuchamos al “Nano”, también a otros cantantes y él la canta y la ha cantado a dúo en muchas ocasiones en distintas actuaciones y en distintos escenarios.
Serrat ya es conocido en Latinoamérica, viaja a aquellos países para cantar , allá el público corea y aplaude las letras de sus canciones, le quieren, le tienen como uno de sus artistas más importantes, Argentina, México, Chile, Paraguay prácticamente toda Latinoamérica se rinde ante la voz y las canciones de Serrat.
Hombre comprometido se encierra en 1970, junto con otros intelectuales artistas y políticos catalanes, en el Monasterio de Montserrat en protesta por el proceso de Burgos y en contra de la pena de muerte. En este proceso se juzgaba a militantes de la organización ETA para los que la fiscalía pedía pena de muerte. En el año 1975 la justicia franquista, en consejo de guerra, condena a pena de muerte a 11 militantes del FRAP y de ETA. En el momento de la ejecución de cinco de ellos Serrat se encuentra de gira en México, y en rueda de prensa condena al régimen franquista y sus medidas represivas. A causa de estas declaraciones, que tuvieron gran eco en España, el cantante y sus músicos tienen que exiliarse en México mientras en España se dicta busca y captura contra el cantante al que en otros países latinoamericanos, regidos por dictadores, le prohíben la entrada.
Acababa de publicar “Para piel de manzana”, no sabe si va a poder volver alguna vez a España y empieza una gira por México cobrando poco, viaja, con sus músicos, en un micro bus al que bautizan como “La Gordita”. Está exiliado durante casi un año, canta pero no escribe, su energía está baja y no sabe qué va a ser de él ni con su trabajo como autor y cantante. Viaja hasta Perpignan para encontrarse con su familia.
REGRESO DEL EXILIO MEXICANO
A las cuatro de la madrugada suena el teléfono en casa, lo tengo pegado a mi almohada, me informan que Serrat llega hoy, 20 agosto de 1976, al aeropuerto de El Prat pero que para evitar avalanchas vaya a Ariola, su casa de discos, vuelve del exilio mexicano, Franco ya ha muerto pero la transición española estaba tambaleante y Serrat, oficialmente, estaba en busca y captura, llegó procedente de París acompañado de Oriol Regás. En la rueda de prensa, multitudinaria, aseguró que no se arrepentía de nada, que en el exilio había tenido contactos con personas pertenecientes a partidos democráticos e iba a seguir por ese camino.
Pasa unos días en la casa que Oriol Regás tiene en Llofríu, a dos pasos de Calella de Palafrugell, donde, en Can Batlle, crea “Mediterráneo”, además, en ese ya inexistente Hotel, Serrat, se ha refugiado muchas veces cuando quiere escribir, estar al lado del mar, se le ha visto pasear por Les Voltes y mojarse los pies a la orilla del mar que él canta pues lo tiene a un minuto, como mucho tardar. Entrevisto a Serrat en Begur, precioso pueblo de la Costa Brava. Serrat, en aquellos momentos, llena las portadas de las revistas. Julio Bou, director de “Lecturas” en aquellos momentos, de quién aprendí lo mejor que sé de esta profesión, me explicó que Serrat y Marisol, eran los que más vendían cuando salían en sus portadas: “Hagan, lo que hagan, canten, bailen, vayan de gala, con barba, con yeso en las piernas, con flores en el pelo, digan lo que digan”. Y lo comprobé en una gala de los Premios Ondas, Serrat se vistió de smoking, y fue portada, Serrat cantando en un especial de Premios de Luís del Olmo con una pierna escayolada también fue portada, Serrat grabando “Res no es mesquí” (Poemas de Joan Salvat Papasseit) entrevista larga publicada. Serrat, contrariamente a lo que decía Juli Bou, que un cantante cuando graba o presenta un disco no es noticia, Serrat si lo era.
BODA EN PRIVADO
Una tarde, a través del teléfono de la redacción del Correo Catalán, donde soy redactora, a pesar del ruido ensordecedor y de ser la hora de cerrar las páginas, escucho una voz que me indica que Serrat tiene novia, mi respuesta es reír contentando que Serrat siempre tiene novias, pero mi interlocutor afirma que esta vez va en serio, y que el cantante tiene novia.
Serrat está en su casa de Camprodón, le llamo: “Me han dicho que tienes novia”, me cuelga dos veces, a la tercera le retengo: “Si es cierto que tienes novia se sabrá, mejor que me lo expliques a mí”, me cita para que vaya a verle al día siguiente. Le comento al subdirector del diario que al día siguiente no voy a ir la redacción porque voy a hacer una exclusiva, quiere saber de qué se trata, me niego a decírselo: “si no sale bien, que me cuente el día como vacaciones”.
Viajo a Camprodón con el 600 que mi padre me presta cuando tengo alguna urgencia laboral, es un 600 de cuarta mano, es invierno y hace un tiempo de perros, hay niebla y la carretera no se ve a un palmo de la vista, llego a Camprodón, aparco el coche en el pueblo, al lado de una cabina de teléfonos, llamo a Serrat, me recoge, su casa está en plena naturaleza, al entrar en la casa me presenta a Yuta, Candela Tiffón, una joven rubia, alta, esbelta, muy joven, con una acogedora sonrisa: “Es mi mujer, ya nos casamos”, me quedo helada, de novia a esposa , hablamos y reímos, me enseña el campo, lo que se ve desde su casa y en la entrevista, muy celoso siempre de su intimidad, me reconoce que se han casado: “pero qué importa cuándo, cómo y donde”. Tiemblo.
Desde la misma cabina que antes llamé al cantante, hablo con Juli Bou: “Es la seva dona, no es la seva núvia”, (“Es su mujer, no su novia”), le digo, regreso a Barcelona de madrugada, dos días sin dormir. He casado a Serrat, en esos momentos, para el diario, escribí dos líneas informando del cambio de estado del catalán universal, en “Lecturas”, la portada. Estamos en el año 1978 y las noticias de bodas, bautizos, y relaciones no las publicaba ningún diario de información general. La noticia de la boda de Serrat se publicó en todos los diarios.
El cantante, en las distancias cortas, tiene un enorme sentido del humor, hay que cazarle al vuelo, escribe mucho y presenta canciones, muchas como “”Fa vint anys que tinc vint anys”, “Banda sonora d’un país”, “Hoy puede ser un gran día”, “Cada loco con su tema” así hasta trescientas, Serrat es una firma consagrada de la música, de la cultura, recibe premios importantes, larga es la lista.
Casado con Candela nacen sus hijas María y Candela, sigue encerrado en su vida privada más que nunca, y si antes de su boda podíamos saber por gente cercana sus relaciones como gran seductor que siempre fue, al formar una familia, se cierra la puerta totalmente. Serrat es padre de dos hijas y un hijo y éstos le han dado nietos, la primera nieta nació cuando el cantante tenía 53 años, se llama Luna, es la hija mayor de su hijo mayor, Queco, la otra hija de Queco, es Lucía. Luna, es muy conocida en las redes sociales, además estudia canto y teatro, a Lucía, le gusta viajar, María, la hija mayor que tuvo con Candela, vive en Australia, estudió Periodismo y Farmacia y tiene dos hijos, Oliver y Nicholas, y la pequeña, Candela, vive en Madrid, es actriz, casada también con el actor Daniel Muriel, tienen una hija.
Cuando en el año 1996, un grupo de periodistas viajamos para conocer de cerca la moda que se hace en Chile, llegados a Santiago, la capital, nos enteramos que Serrat actuaba en su estadio más conocido. Le pedimos al organizador de nuestro evento si podíamos hacer un hueco para entrevistar a Serrat, sin problemas, conectamos con Berry, su representante y el hombre que, desde hace más de cuarenta años, más sabe y conoce de Serrat, no nos pone ningún problema, entrevistamos a Serrat, a cámara compartida, Jesús Montes-Fernández para el programa de TVE, “Flash Moda” y yo para el programa de TV3, “Això no és tot” que presentaba y dirigía Jordi González. Cuando los cantantes están de gira, generalmente, no conceden entrevistas, se dedican a cantar y a atender a los que les siguen en sus conciertos, y no me cabe duda que con la intervención, siempre discreta, de Berry se pudo hacer este trabajo con Serrat.
COPLA,TANGO Y BOLERO
Serrat ha hecho una labor didáctica al cantar a poetas como Miguel Hernández, Machado, Salvat Papasseit, Alberti, Pere Quart, García Lorca o Benedetti, al darles voz y divulgarlos la gente los ha hecho suyos y, en muchos casos, los ha conocido a través del “Nano”.
Serrat, como tantos otros de su generación, ha mamado la copla, cuando escuchaba estas canciones en boca de su madre y las vecinas, y por la radio en la que se oían las canciones de Doña Concha Piquer, Juanita Reina, y otras y otros intérpretes de este tipo de canciones, a Miguel de Molina, un grande de la copla, lo descubrió más tarde porque el franquismo le hizo exiliarse en Argentina y la censura tenía prohibidos sus discos. Serrat, buen escuchador, aprendió de ellas y ha cantado con Lola Flores “Pena, penita, pena”, además, con la familia Flores, tiene una relación de amistad profunda, especialmente con Lolita, también cantó con Manolo Escobar “Qué bonita es Badalona”, y con Juanito Valderrama hizo un dueto para cantar “Pena Mora”, sin olvidar que intervino en el disco “Bambino, por ti y por nosotros” , homenajeando a Bambino, otro gran “cantaor”. También canta tangos, su padre lo hacía, y en homenaje a él y por el amor que le tiene a Argentina pone voz a “Cambalache”, “Buenos Aires”, “Taconeando”, “Amablemente”, le gustan los boleros de Machín, Lorenzo González, Sepúlveda, Bonet de San Pedro, y más.
FIEL A SUS AMIGOS
Recientemente nos encontramos en el funeral de Ángel Casas, Serrat siempre estuvo a su lado, en los buenos y en los malos momentos, le llamaba, le iba a ver, tenían largas conversaciones. Serrat y Casas son dos hombres del mundo de música y la cultura que podían hablar de tantas y tantas cosas. Serrat estuvo invitado en el primero y en el último programa de “Àngel Casas Show” eran amigos no sólo por eso, durante el exilio de Serrat en México, Casas le llamaba, como mínimo, una vez por semana para publicar sus conversaciones en el semanario “Lecturas”, esto sucedía en 1975.
Àngel, cuando fue contratado como una estrella del mundo de la música por “El Correo Catalán” en 1981, fue allí donde nos conocimos, llevaba ya un montón de años escribiendo de música en revistas especializadas y haciendo programas de Televisión sobre el mundo de la música. Casas me explicó que la amistad que tenía con Serrat venía desde hacia un montón de años.
Serrat, es amigo de sus amigos, y no es una frase hecha. Con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, recorrieron España y Latinoamérica con el espectáculo “El gusto es nuestro”, forman una piña, han compartido mucho, en esta despedida, extraña que ninguno de estos amigos haya subido al escenario para abrazarle, para decirle “adiós” y cantar, que, a todos, es lo que más les gusta hacer, quizá en ese “the end” lo realicen este próximo viernes, 23, en el Sant Jordi, una noche en la que se caerán las estructuras del Palau, con o sin invitados.
En estos conciertos que Serrat ha estado dando por el mundo musical, ha sido una despedida suave, un “hasta luego”, algunos no creen en una despedida total, se hace extraña, Serrat, se va, pero sigue, la vida sigue, ¿cómo?, nadie lo sabe, él dice que tampoco, Sabina, en una entrevista a dos le dijo: “Maestro, dime que me extrañarás…...”, han cantado tanto juntos que parecían que eran dos en uno, los del “Titánic”, amados siempre.
Y hoy, podría enumerar mi “playlist” de las canciones firmadas por el “Nano”, es muy larga. Gracias Serrat, gracias “Nano”, gracias “Noi del Poble Sec” por tanto.
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