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Prevención del daño ocular por hipertensión arterial: más que un reto, una realidad | |||
La patología ocular hipertensiva puede incapacitar a los pacientes si esta no es atendida a tiempo | |||
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Con el paso de los años la hipertensión arterial se ha convertido en un problema serio para la salud de todos los españoles. Según la Sociedad Española de Hipertensión, esta patología tiene una prevalencia del 33 al 43 %. Sin embargo, en aquellos pacientes mayores de 65 años, este dato aumenta al 60 %. De este modo, desde hace muchos años ha sido considerada una patología muy frecuente. No obstante, en los últimos años, las cifras de pacientes diagnosticados con hipertensión arterial ha ido aumentando significativamente. La hipertensión arterial puede afectar otros órganos y sistemas del organismo como los ojos. La patología ocular hipertensiva puede incapacitar a los pacientes si esta no es atendida a tiempo. Aunque muchas personas no se percatan de que su visión se está viendo afectada hasta que los daños ya son irreparables, las enfermedades oculares por hipertensión arterial se pueden prevenir. ¿Qué es la hipertensión arterial? Lo primero que debemos saber es qué es la hipertensión arterial. La podemos definir como una patología en la que la persona presenta cifras tensionales por encima de 120/80 mmHg. Dependiendo del valor de las cifras tensionales podemos clasificar el tipo de hipertensión que presenta la persona. El momento crítico a la hora de prevenir cualquier otra enfermedad como consecuencia de la hipertensión es el diagnóstico. Mientras más tardío sea el diagnóstico, mayores son los daños que puedan ocurrir en el cuerpo. Por esta razón, es vital acudir de forma rápida y oportuna al médico ante cualquier síntoma sugestivo de Hipertensión. Síntomas de hipertensión arterial La mayoría de las personas que tienen cifras tensionales elevadas tienden a pasarlo por alto porque se manifiesta con síntomas inespecíficos. Aunque para los profesionales es más sencillo asociar lo que expresan los pacientes con esta patología. Si tenemos la tensión elevada podemos presentar: ● dolor de cabeza que empeora con el ejercicio, ● náuseas, ● sangrados nasales, ● alteraciones en la visión. Aunque muchas personas pueden presentar estos síntomas, la gran mayoría se mantiene durante años sin ninguna alteración aparente. En estos casos es cuando las patologías oculares son más graves porque el daño se perpetúa en el tiempo. Efecto de las cifras tensionales elevadas en los ojos La hipertensión afecta a toda la vasculatura, tanto la micro como la macrovascular. Sin embargo, si nos enfocamos en los daños oculares de las tensión elevada, el daño es sobre todo microvascular. Esto se traduce a una afección del globo ocular en diferentes niveles. Lo primero que se ve afectado en la mayoría de los casos son los vasos de la retina; tanto por la vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos) como por el endurecimiento de las mismas. Cuando esto ocurre, pueden aparecer hemorragias retinianas y exudados que ocasionen la visión borrosa. Inclusive, si la persona solo presenta esta visión borrosa sin ninguna otra sintomatología, es común recetar el uso de las lentillas para mejorar la vista. Sin embargo, se deben realizar otros estudios para buscar el origen de la falla ocular. Además de la alteración de los vasos retinianos, otras arterias oculares pueden verse afectadas y disminuir el flujo sanguíneo a estructuras vitales para la visión como el nervio óptico. En líneas generales, las alteraciones de la visión están dadas por la disminución de la irrigación sanguínea y por el endurecimiento de las arterias que pueden romperse y nublar la visión por el sangrado. Prevención del daño ocular por hipertensión Una vez que conocemos todos los efectos que tienen las cifras tensionales elevadas sobre las estructuras del ojo, la prevención del daño del mismo es mucho más fácil. Primeramente, es importante que ante cualquier síntoma inespecífico, como dolor de cabeza persistente, visión borrosa o ver partículas flotando, acudir al médico. Este se encargará de realizar un examen físico exhaustivo para encontrar la posible causa de lo que manifiestas. Una vez diagnosticada la hipertensión, y si el médico no ha encontrado cambios permanentes en las estructuras del ojo, pueden revertirse estos cambios. Esto se logra con un adecuado manejo de la tensión arterial, tanto con medidas farmacológicas como no farmacológicas. Las medidas no farmacológicas incluyen: ● Cambios en los hábitos alimenticios: disminuir el consumo de grasas y sal, tomando en cuenta que ambos pueden empeorar o mantener la hipertensión. ● Incluir actividad física en la rutina diaria: se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física al día. ● Disminuir el estrés: cualquier alteración emocional puede disparar tus cifras tensionales; por lo tanto, manejar correctamente nuestras emociones es importante. Por otro lado, tenemos las medidas farmacológicas, las cuales son medicamentos antihipertensivos que el médico tratante indica según las condiciones del paciente. Por supuesto, si ya ha pasado mucho tiempo desde que presentan los síntomas, y si padecen otras enfermedades como diabetes, tienen mayor posibilidad de tener un daño ocular más severo. No obstante, la retinopatía hipertensiva se controla en conjunto con la tensión arterial. En pocas palabras, mientras la persona mantenga sus cifras tensionales dentro de los rangos normales, cambie sus hábitos alimenticios y su estilo de vida estos cambios son reversibles. Cuando la vasculatura retiniana deja de recibir el daño causado por la hipertensión, inicia un proceso progresivo de recuperación. El daño se detiene y la visión puede mejorarse de forma progresiva. En algunas ocasiones, si el daño es muy severo, la persona puede requerir el uso de lentillas de forma permanente. Aunque esto varía considerablemente de persona en persona y de acuerdo con el tipo de hipertensión que padece. En líneas generales, tenemos que saber que los daños oculares por hipertensión arterial, si bien pueden ser significativos, pueden revertirse si se aplican los cambios y el tratamiento indicado. Además, recordar la importancia de hacer visitas periódicas al médico para detectar este tipo de enfermedades a tiempo y poder prevenir complicaciones. |
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La migraña es una enfermedad neurológica altamente debilitante que supone la segunda causa de discapacidad en el mundo. Los síntomas de esta enfermedad, caracterizados por un dolor continuo o frecuente de intensidad elevada, conllevan un gran impacto en la vida del paciente a nivel personal, familiar, profesional y social.
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