Juliette Binoche protagonizó este viernes un encuentro con los medios en el Real Alcázar de Sevilla, un día antes de recibir el Premio Goya Internacional con el que la Academia de Cine reconoce “a personalidades que contribuyen al cine como arte que une culturas y espectadores de todo el mundo”. En su caso, se le concede además por “su extraordinaria trayectoria y su apuesta por autores arriesgados, plasmada en un buen número de interpretaciones inolvidables”.
La actriz francesa se mostró feliz de regresar a Sevilla, una ciudad “de la que tengo recuerdos muy cálidos” y agradeció a la Academia de Cine este reconocimiento, que valora especialmente “porque viene del país de todos esos artistas españoles que me han inspirado, no solo Goya, también El Greco, Gaudí, Velázquez, Lorca, Cervantes…”, citó.
En una sala abarrotada de periodistas, cámaras y fotógrafos, el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, abrió el acto dando la bienvenida a Binoche, que ve este Goya Internacional como un premio a “mi fuego y mi energía interior, que me impulsa a dedicarme a esto y tiene que ver con mi necesidad de compartir una historia de transformación con otras personas, compartir ese amor y esa esperanza que recibimos del público y que queremos dar”.
En su segundo año de existencia, este premio destaca a una actriz europea de dimensión mundial, que ha trabajado desde sus inicios con grandes directores y directoras, entre las que se encuentra la española Isabel Coixet, con la que colaboró en Nadie quiere la noche, película por la que fue nominada al Goya a Mejor Actriz Protagonista en 2016.
En este encuentro se confesó heredera de “toda la genealogía de actrices que han llegado antes de mí en cine y teatro” y destacó como ha cambiado la industria desde el inicio de su carrera –“en los años 80 la mayoría de directores eran hombres”–a la actualidad, donde celebró que hay muchas directoras y también que los peligros de la industria para las actrices se hayan visibilizado. “Estoy muy contenta de que el movimiento #MeToo haya sucedido, ha cambiado muchas cosas”, aseguró Binoche, cuyo corazón está “con las mujeres de Irán, con las mujeres de Afganistán y con todas las mujeres de que luchan por su día a día”.
Convencida de que “el arte es necesario para que la humanidad avance”, desgranó como entiende la actuación. “Cada escena y cada toma hay que hacerla como si fuera la primera y la última porque, en caso contrario, no es arte y no es una expresión de ti misma”, defendió la actriz, que apostilló que “tienes que ser humilde delante de una cámara, si no las emociones no surgen”.
Mala sangre, La insoportable levedad del ser, Los amantes del Pont-Neuf, Herida, Tres colores: Azul, El paciente inglés, Código desconocido, Chocolat, Caché, El vuelo del globo rojo, Copia certificada, Cosmópolis, Camille Claudel 1915, La verdad, Fuego, En un muelle de Normandía…Es larga la lista de películas que ha interpretado Juliette Binoche, para la que un título no sobresale sobre otro. “Todas me han cambiado de forma inesperada. Si una película no te cambia, es que es un error”, señaló. Y a ese mantra se ha mantenido fiel, aunque los consejos de los agentes de EE.UU. le quisieran llevar a otros territorios. “Me decían que hiciera tal película comercial para luego poder hacer las que a mí me gustaban, como si fuera un regateo, pero ese sistema no funciona para mí”, reconoció el Goya Internacional 2023.
Su segunda película, Yo te saludo María, fue a las órdenes de Jean-Luc Godard, nombre al que sumó los de los también franceses André Techiné (Rendez-vous y Alice y Martin), Leo Carax, Louis Malle, Jean-Paul Rappeneau (El húsar en el tejado), Olivier Assayas (Las horas del verano y Dobles vidas), Bruno Dumont, Patrice Leconte (La viuda de Saint-Pierre), Emmanuel Carrère y Claire Denis (Fuego). Philip Kaufman, Kieslowski, Anthony Minghella, Michael Haneke, Naomi Kawase, Hou Hsiao Hsien, Lasse Hallstrom, Kiarostami, Cronenberg, Koreeda e Isabel Coixet completan la nómina de cineastas que han contado con la actriz parisina, a la que no le tienta firmar películas, pero sí entiende la interpretación como “una dirección invisible” y más en aquellos proyectos que “eres la película y que has metido tu experiencia y son parte de tu vida”.
Formada en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, ‘La Binoche’ que nació en París en 1964 y es hija de intérpretes, debutó en el cine anglosajón en 1996 con El paciente inglés, filme con el que conquistó el Oscar como Mejor Actriz de Reparto. Desde entonces trabaja con un pie en el cine europeo independiente y otro en producciones comerciales como Godzilla o Ghost in the Shell. En toda su trayectoria, ha recibido el Premio César, el Oso de Plata la Palma de Cannes, la Copa Volpi, el Premio Donostia y tres Premios del Cine Europeo, entre otros, a los que ahora suma el Goya Internacional.
Binoche, que también ha participado en la serie de televisión The Staircase y pisó Broadway con Betrayal, de Harold Pinter, recibe el Goya Internacional en el año en el que se cumple los 40 años de su primera aparición en la gran pantalla, en el título Liberty Belle, de Pascal Kané.
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