En los hombres encuentro con frecuencia dos claves de la infidelidad: Una es la insatisfacción sexual, sea por cantidad - poca frecuencia sexual - o por calidad -sexo rápido y aburrido -. La otra es un mecanismo de compensación porque con la infidelidad se busca equilibrar la relación para poder seguir en ella. Entre los dos no hay felicidad y además a ella se la culpa de esa infelicidad. Él ¿es inmaduro? Claro y mucho, aunque, poniéndonos en situación, ella siempre tiene la razón y a él le toca agachar la cabeza. Él desde hace tiempo ha dejado de hacer muchas cosas que le gustaban porque ella se siente molesta. Ella maneja la economía, las decisiones de los niños ella tiene la última palabra siempre. Programa las vacaciones, el ocio, elige la ropa que él usa.
La pregunta inevitable es ¿qué hay que hacer para aguantar esta situación?, por qué no intenta expresar sus críticas o simplemente deja a su mujer.
La explicación es que él oculta una venganza que compensa esas cesiones en forma de infidelidad. Hay que reconocerlo los hombres suelen ser muy cobardes en las relaciones, y buscan muchas veces el equilibrio fuera antes que enfrentarse. Mantener una conversación en la que expresen que se aburren en el sexo, que no están de acuerdo sobre cómo se llevan las cosas en casa, que ya están hartos y que no son felices.
Nos soprende la cantidad de infidelidades para tapar carencias, y es paradójico cómo mantienen unidas a las parejas. Sí, unidos. Y ¿son felices?
Vamos analizar esto, es cierto que muchos hombres no se han separado porque tienen la compensación de lo que no tienen en casa, y que con el tiempo y pasada la infidelidad, aprecian más su relación. Y es que algunas personas al comparar han sido conscientes de las virtudes que habían olvidado, o no apreciaban en su pareja. Algunos han confesado: descubrí lo buena que es mi mujer en el sexo después de acostarme con mi compañera de trabajo. No frivolicéis sobre este tema.
Sé que al amar a alguien te descubres, te entregas, le das la llave y le abres las puertas del cielo. Para muchos descubrir la infidelidad puede ser una herida mortal, un daño que pocas veces se supera. Y supone un verdadero tsunami emocional. Cae en picado la autoestima y además en el engañado se instala el enfado o el odio hacia el infiel. Muy a menudo si sospechas de la traición de la pareja, se dé o no, se convierte en una persona repugnante, a la que no se reconoce. Te asedia la sospecha constante, la necesidad de control constante, y surge el miedo la inseguridad y los celos.
La conocida frase dice: "Si amas los celos son constantes" Todos sabemos que los celos son respuestas perturbadoras y complejas, y aparecen cuando piensas que estás en la cuerda floja y puedes perder algo que sientes como tuyo. Aunque seguro que estáis de acuerdo, en este caso no está bien pensar en la pareja como una propiedad y en realidad algo de esto hay. Sabéis que ese es el motivo que hace que se dispare la ansiedad si sentimos la posibilidad de que aparezca otra y nuestra pareja deje de prestarnos atención como acostumbraba.
Hay que asumir que la mayoría de las veces, sentimos al otro como algo nuestro, a pesar de esgrimir la bandera de que nadie es propiedad de nadie y le amamos con un cierto grado de exclusividad ¿No?
Los celos incluso pueden ser románticos y aparecen e casi la totalidad de las novelas, telenovelas y películas cuyos protagonistas viven una historia de amor. Eso sí hay estudios que apoyan la idea de los celos, si no son muy intensos, con medida y bien manejados podrían ser positivos, si afianzan los lazos de la pareja. No tienen por qué estar mal, si puedes entender que él o ella son incondicionales, y que es necesario cuidar la relación en aras de que ésta funcione. Es algo que nos recuerda que tenemos que cuidar el amor del otro cada día.
De una forma o de otra, es real que los celos se crean y se alimentan por aprendizaje o porque hacen legítima la relación. Por ejemplo si yo al comienzo de una relación, yo no soy celosa pero empiezo a relacionarme con alguien que sí lo es. Se molesta si salgo con amigas o me llevo bien con alguien que conocemos. Entonces ¿qué hago? Quizá adopte un rol parecido al de él para demostrarle lo que molesta que duden de ti todo el tiempo.
En el mismo escenario: yo no soy celosa pero él sí. Yo soy fiel a mis ideas y no dudo de él, creo debemos respetarnos. Pero él no lo ve así. Cree que es una muestra de que no me importa y se cabrea porque no me ve celosa. Vamos que quede con quien sea a ti te da igual, y se cabrea porque no soy celosa. Esto no es broma, y algunos acaban por hacerse celosos.
No digo que los celos sean sólo cosa de mujeres porque sabemos que hombres y mujeres somos celosos más o menos igual, lo que si cambia es la manera en la que reaccionamos ante ellos, los hombres se vuelven obsesivos y parnoicos y nosotras desarrollamos unos síntomas ansioos y depresivos. Aunque según lo que he visto en la consulta la manera de reaccionar no depende tanto del sexo como de la forma en la que podemos vivir los celos.
Si eres celoso o celosa, creas que hay motivos o no, cercar la vida de él no es una buena solución. Si ¿después de tanto tiempo de control sobre él consigues que no te engañe? Imagina por un momento que él deseaba muchísimo hacerlo pero no ha podido porque tu has hecho "un buen trabajo" Continuar así, ¿tiene algún sentido?
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