El Real Madrid cayó humillado en Estambul (100-75) en el segundo partido de cuartos de final de la Euroliga y está contra las cuerdas tras ofrecer una muy mala imagen frente al Fenerbahce, que fue superior en todas las facetas, por lo que los blancos deben ganar sus dos partidos en el Palacio de los Deportes si quieren devolver la serie a Turquía.
El conjunto de Pablo Laso firmó la mitad de su epitafio en el segundo asalto del cruce de cuartos. Aún todavía con posibilidad de levantar el vuelo, el campeón de Europa se dejó en Madrid las virtudes que le llevaron al cetro continental hace sólo 12 meses. Obcecado en el lanzamiento triple, los merengues se deshicieron como un azucarillo en una cancha intratable.
Los turcos no pierden en el Ulker Sports Arena desde enero de 2015, fortaleza que extendieron este jueves en un partido impecable. Los de Zeljko Obradovic, perro viejo y gran ideólogo de este Fenerbahce, estuvieron exquisitos en todas sus responsabilidades. La primera: fulminar la defensa blanca antes del descanso (54 puntos a su favor en los primeros 20 minutos).
Ni el rebote, ni el tiro, ni nada. El Real Madrid estuvo pésimo, superado por el ambiente de la cancha otomana y zarandeado por los mates de Udoh (18 puntos) en el primer tiempo. Para colmo de los españoles, Bogdanovic se unió a la fiesta local con una buena colección de triples. La sangría inicial (21-8) comenzaba a destartalar al campeón de la ACB.
No había manera de enmendar el camino. El Fenerbahce metió la directa y vivió siempre por encima de los 20 puntos. Una renta tan cómoda que impidió al Real Madrid dar un giro a la situación. No existió reacción en el banquillo y un parcial de 10-2 mandó el electrónico al 37-16. Sólo un minuto después la herida siguió sangrando hasta el 46-19, una cifra terrorífica.
Los de Laso, que robaron un solo balón en todo el partido, no encontraron luz en sus habituales salvadores. Ni Ayón bajo palos, ni los triples de Llull o Sergio Rodríguez, ni la aportación de Rudy, quién pagó caro sus dolores de espalda con varios lanzamientos nefastos. Nada funcionó en el vigente campeón de Europa, que decidió alejarse la cima de la montaña.
Dixon y Kalinic, con la muñeca caliente, ampliaron la ventaja de los turcos en un tercer cuarto que terminó de matar a los blancos (76-48). Casi 30 puntos de colchón consiguió el Fenerbahce, que dedicó el cuarto final a dar minutos a los jugadores menos habituales y que llevó a cinco de sus jugadores por encima de los 12 puntos.
El Madrid se asoma al precipio --ya sufrió para meterse en cuartos-- aunque tenga por delante dos 'vidas extra' con el calor de su público la próxima semana. Visto lo visto en Estambul parece difícil creer en un levantamiento del actual campeón, pero si de algo entiende el equipo de Laso es de vivir en el alambre y acabar encontrando una salida.
San Pablo sigue siendo inexpugnable para sus rivales, y eso lo ha comprobado esta mañana un Inveready Gipuzkoa que ha hecho un partido más que digno pero que ha terminado por sucumbir ante el mayor potencial ofensivo de un Betis Baloncesto que, al final, hizo disfrutar al homenajeado del día, uno de los máximos exponentes del club durante la época como CB Sevilla/Caja San Fernando como Benito Doblado, que ya puede ver colgada su camiseta número 12 en el techo del pabellón San Pablo junto al dorsal 9 de su compañero de generación Raúl Pérez. El equipo verdiblanco mantiene la cuarta plaza de Primera FEB.
El Betis Basket sigue sin conocer la derrota como local, siendo esto lo único positivo que se puede extraer del partido de esta noche. Los verdiblancos, tocados profundamente tras las últimas palizas en Fuenlabrada y en la Copa España, han ganado esta noche al penúltimo clasificado de Primera FEB, el HLA Alicante, en un partido que no pasará precisamente a la historia.
San Pablo vivió el segundo derbi sevillano de la historia y de la temporada, después del celebrado a principios de temporada en la Copa España. Y, como aquel, el Betis volvió a salir victorioso frante al Naturavia Morón, pero con un desarrollo bien distinto al de aquel. Los béticos terminan 2024 invictos como local pero con muy necesarias mejores; mientras que el Morón, pese a continuar con cero triunfos, está bien vivo, al menos de cara al semana a semana.